(OMP) «No soy creyente» ha afirmado con sinceridad Pilar Rahola al empezar el pregón del Domund. «Esta dificultad para entender la divinidad no me impide ver a Dios en cada acto solidario, en cada gesto de entrega que realizan tantos creyentes, precisamente porque creen». La periodista se ha preguntado qué deben de sentir los cristianos que les sacude de esa forma y les mueve a salir de su casa e ir a «aquellos agujeros negros del planeta que no salen ni en los mapas». Según ha explicado, esta entrega constituye una gran revolución, que ilumina a la sociedad en los tiempos convulsos que vivimos. «El comportamiento de estos creyentes, que entienden a Dios como una inspiración de amor y de entrega, es un faro de luz, ciertamente, en la tiniebla».
Rahola ha explicado el doble trabajo que llevan adelante los misioneros: la evangelización y la caridad cristiana. La periodista ha denunciado que la evangelización «ha sufrido los ataques más furibundos, sobre todo por parte de las ideologías que se sienten incómodas con la solidaridad cuando se hacen en nombre de Cristo». «¿Por qué ir a ayudar al prójimo es correcto cuando se hace en nombre de un ideal terrenal, y no lo es cuando se hace en nombre de un ideal espiritual?», se ha preguntado. Ante eso, Rahola ha reivindicado la importancia de la evangelización, como fuente de civilización, que entronca con los derechos humanos. «Desde mi condición de no creyente quiero decir que la misión de evangelizar es, también, una misión de servicio al ser humano», ha sentenciado. «El mensaje cristiano es una poderosa herramienta transgresora y revolucionaria, la revolución del que no quiere matar a nadie, sino salvar a todos».
En cuanto a la caridad cristiana, Pilar Rahola ha defendido que es el motor que mueve a millones de cristianos a lo largo de toda la historia a salir de su comodidad para ayudar a los invisibles. «¡Quiénes somos nosotros, gente acomodada en nuestra feliz ética laica, para poner en cuestión la moral religiosa, que tanto bien ha hecho a la humanidad!». La pregonera ha hecho especial mención a Isabel Solá (misionera que fue asesinada en Haití en septiembre de este año), y a los misioneros muertos por causa del ébola en 2014, quienes muestran el ideal del misionero, que es la entrega total. «Si Dios es el responsable de tal entrega completa, cómo no querer que esté cerca de nosotros, incluso cerca de aquellos que no conocemos el idioma para hablarle».
Finalmente, la pregonera del Domund ha reconocido que no creer en Dios es algo triste, ya que conlleva soledad ente la muerte. «Pero soy una creyente ferviente de todos estos hombres y mujeres que, gracias a Dios, nos dan intensas lecciones de vida, apóstoles infatigables de la creencia en la humanidad». Rahola ha explicado que la llamada del Papa Francisco a salir de la tierra, que ha inspirado el lema del Domund de este año, es una llamada que «nos interpela a todos: los creyentes, los agnósticos, los ateos, a los que sienten a y a los que dudan, a los que creen y a los que niegan, o no saben, o querrían y no pueden». Pilar Rahola ha culminado el pregón afirmando que «las misiones católicas son una ingente fuerza de vida, un inmenso ejército de soldados de paz, que nos dan esperanza a la humanidad, cada vez que parece perdida».
El acto ha contado con la intervención de Anastasio Gil García, director de Obras Misionales Pontificias España, y con un vídeo enviado desde Irak del periodista Josep Cuní y Llaudet, encargado de presentar a la pregonera. Después de la interpretación musical del Coro de Cámara Francesc Valls, el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha hecho una breve reflexión sobre el lema del Domund «Sal de tu tierra», y ha impartido la bendición.
La semana que viene comienza la recta final de esta campaña, que culminará con la celebración el domingo 23 de la Jornada Mundial de las Misiones, día en el que se recuerda, se reza y se homenajea a los misioneros, y se ayuda económicamente a los 1.111 Territorios de Misión (un tercio de la Iglesia católica).