(Zenit) «Lo importante es que los laicos se manifiesten públicamente y digan a los legisladores lo que piensan sobre el matrimonio y la educación» indicó Mons. Arizmendi de la diócesis de San Cristobal de las Casas. Y añadió en la web de los obispos: «Esto es democracia real. Mal harían los legisladores y las autoridades en no escuchar el clamor de un pueblo que los eligió para que lo representaran. Si no lo toman en cuenta, se deslegitiman a sí mismos y pierden más credibilidad».
La manifestación organizada por personas de distintas confesiones y convicciones, entre las cuales evangélicos y mormones, contó con la presencia de algunos obispos. Los organizadores dejaron muy claro que su manifestación «no busca ofender a nadie», porque «respetamos la dignidad de toda persona, independientemente de su forma de vivir y convivir, porque sabemos que ante todo somos seres humanos y hay un lazo fundamental que nos hermana».
En el posicionamiento oficial que se leyó en todas las marchas por la familia se indicó que «La familia es la célula básica de la sociedad y por lo tanto hay que protegerla. El matrimonio entre un hombre y una mujer tiene una naturaleza específica con fines muy claros, como lo son la transmisión de la vida, la educación de los hijos, la unidad de los esposos».
Derecho a educar a los hijos
Añade la declaración que «los padres de familia tienen derecho a educar a los hijos en las convicciones y principios que consideren mejores para su desarrollo personal, y no que el Estado los sustituya en dicha tarea».
También «rechazan las iniciativas del Ejecutivo Federal, que la atacan e intentan imponer la ideología de género». Añade que «la superación de los problemas de México y su desarrollo dependen de que se fortalezca a la familia», e invita «a promover la marcha nacional del próximo 24 de septiembre en la Ciudad de México, que partirá a las 12 del día del Auditorio Nacional rumbo al Ángel de la Independencia».