(ACI Prensa) Quezada dirige su carta a Goic y le señala que «oré para que ud. representando al Partido votase en consecuencia con los valores cristianos de nuestro Partido, votase en consecuencia con los acuerdos del V congreso y rechazase la idea de legislar sobre algo tan inicuo como un proyecto de aborto, pero no fue así».
«Pensé en Santo Tomás Moro, prefiriendo ser fiel a sus convicciones antes que a su rey, a quien estimaba, y a la ‘real politik’; pensé en los mártires japoneses del siglo XVI, en los mártires sirios, libios, asirios, que hoy prefieren morir a abjurar de su fe», insistió.
Afirmó que «no tengo opción, debo cargar mi cruz y alejarme de este Partido. (...) Tengo la impresión que no seremos muchos, pero aún sigo creyendo en un proyecto político social cristiano y lo impulsaré con todas mis energías».
En declaraciones a ACI Prensa, Leopoldo Quezada explicó que «ingresé al partido porque me sentí parte de un proyecto que consideraba la vida como sagrada. Sin embargo, siento con pesar que en el último tiempo se ha perdido el tema de las convicciones y particularmente la DC hoy día ha sido coordinada por la ideología de género».
«Tú ves en muchas militantes mujeres cómo repiten conceptos que son propios de un mundo no cristiano y no se entiende que la vida ayer, hoy y mañana seguirá siendo sagrada, particularmente la del que está por nacer, porque la vulnerabilidad en la que se encuentra requiere mayor cuidado», afirmó Quezada.
Insistió en que «no puedo seguir perteneciendo a un partido que si bien en sus principios sigue declarando esto, pero en su actuar ha cambiado su ideología. La Democracia Cristiana chilena hoy día no es cristiana».
«Han asumido un discurso respecto al ser por nacer que es propio del capitalista más capitalista que no entiende que ese es un ser vivo y no una propiedad de la cual se puede disponer», dijo a ACI Prensa.
Sin embargo, aclaró que seguirá «llevando a cabo mi vocación política y espero que mucha gente reaccione, y si es preciso constituir un nuevo movimiento hay que hacerlo».
«Hay mucha gente que espera que existan católicos comprometidos social y políticamente y que den cuenta de lo que la gente espera, que no se enriquezcan en el servicio público sino que lo entiendan como una misión de servicio», concluyó Quezada.