(Enraizados) Solá era religiosa de la Congregación de Jesús María desde los 19 años, llevaba 8 años en Haití y había pasado anteriormente 18 en Guinea Ecuatorial. La asesinaron el 2 de septiembre en Puerto Príncipe, la capital haitiana, mientras conducía cerca de la catedral de la ciudad. Querían robarla. Vivía en un suburbio, sin ningún lujo y sin que el miedo a lo que ha terminado pasando la paralizara.
Esta misionera de 51 años era profesora en un colegio cuando tuvo lugar el terremoto de Haití. Muchos de los niños de su escuela murieron; otros sufrieron amputaciones. Por ello, Isabel decidió formar un taller de prótesis para que estos escolares pudieran volver a andar y tuvieran un futuro. Tras organizar este proyecto, en Haití comenzaron a llamarla «la monja de los pies».
Según cuentan sus familiares a los medios de comunicación, el taller que había creado (que recibió muchas ayudas desde España) ya era gestionado por los haitianos. Ahora estaba muy ilusionada porque estaba montando otra escuela. Estamos seguros de que las religiosas de su congregación y los 20 misioneros españoles que están en Haití continuarán con su trabajo.
La religiosa escribió estas palabras hace cinco años: «Pensareis que cómo puedo seguir viviendo en Haití, entre tanta pobreza y miseria, entre terremotos, huracanes, inundaciones y cólera. Lo único que podría decir es que Haití es ahora el único lugar donde puedo estar y curar mi corazón. Haití es mi casa, mi familia, mi trabajo, mi sufrimiento y mi alegría, y mi lugar de encuentro con Dios». Isabel veía a Cristo en todas las personas de las que se ocupaba.
Esta dedicación merece el homenaje de su tierra
Pide al Ayuntamiento de Barcelona que dedique una calle a Isabel Solá Matas, «la monja de los pies».
Sin respuesta
Por ahora la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, nos respondido a la petición, pero sí Carina Mejías, presidenta del grupo municipal de Ciudadanos, quien se ha puesto a disposición de Enraizados para hacer la solicitud.