(RV) El papa Francisco expresó su profundo dolor y su cercanía en la oración, pocas horas después del fuerte terremoto que sacudió la zona central de Italia, causando numerosas víctimas y graves daños materiales y dejando en escombros algunas localidades, en especial Accumoli y Amatrice. Además de la región de Lacio, las zonas sacudidas por el seísmo, de 6 grados en la escala de Richter, son Las Marcas, Los Abruzos, Umbría y Emilia Romaña.
El Papa, que alentó a los equipos de socorro, postergó para la próxima audiencia general la catequesis que había preparado, para rezar con los miles de peregrinos que acudieron a la Plaza de San Pedro los misterios dolorosos del Santo Rosario.
Con gran conmoción, el Santo Padre aseguró también la oración y la «caricia y el abrazo de toda la Iglesia», invocando el consuelo del Señor Jesús y la intercesión de la Virgen María.
Texto completo de las palabras del Papa Francisco
¡Ante todo, buenos días!
Había preparado la catequesis de hoy, como todos los miércoles de este Año de la Misericordia, sobre el argumento de la cercanía de Jesús. Pero ante la noticia del terremoto que ha sacudido el centro de Italia, devastando enteras zonas y dejando muertos y heridos, no puedo dejar de expresar mi gran dolor y mi cercanía a todas las personas presentes en los lugares afectados por los seísmos, a todas las personas que han perdido a sus seres queridos y a aquellas que aún se sienten afectadas por el miedo y el terror. Escuchar al Alcalde de Amatrice decir: «la ciudad ya no existe» y saber que entre los muertos existen también algunos niños, me conmueve mucho de verdad. Y por esto quiero encomendar a todas estas personas en los alrededores de Accumoli, Amatrice y en torno, en la diócesis de Rieti, de Ascoli Piceno y las otras en todo el Lacio y Umbría y en las Marcas, la oración y decirles que cuentan con la caricia y el abrazo de toda la Iglesia que en este momento desea abrazarlos con su amor materno, también con nuestro abrazo, aquí, en la Plaza.
Agradezco a todos los voluntarios y a los operadores de la Protección Civil que están socorriendo a estas poblaciones, les pido que se unan a mí en la oración, para que el Señor Jesús, que se ha siempre conmovido ante el dolor humano, consuele estos corazones afligidos y les done la paz por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María. Dejémonos conmover con Jesús.
Por lo tanto, postergo para la próxima semana la catequesis de este miércoles, y los invito a recitar conmigo por estos hermanos y hermanas nuestras una parte del Santo Rosario, los Misterios Dolorosos
(Traducción del italiano, Renato Martinez – Radio Vaticano)