(Catholic Herald/InfoCatólica) En un informe de 206 páginas, «La Reforma en perspectiva ecuménica», el obispo Gerhard Feige de Magdeburgo, presidente de la Comisión Ecuménica de los obispos alemanes, dijo que la «historia de la Reforma se ha ido recibiendo de formas distintas en la Iglesia Católica, y durante mucho tiempo sus acontecimientos y protagonistas se vieron a una luz negativa y despectiva».
«Mientras que las heridas se dejan sentir hasta nuestros días, es gratificante que la teología católica ha tenido éxito, durante este tiempo, en reexaminar con seriedad los acontecimientos del siglo XVI», dijo en el informe, publicado esta semana por la conferencia episcopal alemana, cuya sede se encuentra en Bonn.
Monseñor Feige dijo que la «historia y consecuencias» de la Reforma se debatirían durante su próximo 500º aniversario, pero añadió que había consenso en que las condenas recíprocas anteriores no eran válidas.
«Los recuerdos de la Reforma y de la posterior separación del cristianismo occidental no están libres de dolor», dijo Mons. Feige. «Pero a través de un largo diálogo ecuménico, las diferencias teológicas con raíces en el período se han reevaluado, como se documenta en el trabajo presentado por nuestra Comisión Ecuménica.»
Martin Lazar, el portavoz de la diócesis de Magdeburgo, declaró a Catholic News Service el miércoles que la Reforma todavía causa tensiones en Alemania, sobre todo «en las familias con separación religiosa».
El informe de los obispos dijo que la «Iglesia Católica puede reconocer hoy lo que era importante en la Reforma, es decir, que la Sagrada Escritura es el centro y estándar para toda la vida cristiana».
«Unido a esto está la idea fundamental de Martin Lutero de que la autorrevelación de Dios en Jesucristo para la salvación de los hombres se proclama en el Evangelio, que Jesucristo es el centro de la Escritura y el único mediador».
La Reforma se fecha tradicionalmente a partir de la publicación en octubre de 1517 de las 95 Tesis de Lutero, que cuestionaban la venta de indulgencias y las bases evangélicas de la autoridad papal.
¿Hereje y a la vez maestro de la fe?
Lutero fue excomulgado por el Papa León X en enero de 1521 y proscrito por el emperador Carlos V.
Los obispos alemanes describen a Lutero como «un pionero religioso, testigo del Evangelio y maestro de la fe», cuya «preocupación por la renovación en el arrepentimiento y la conversión» no había recibido una «audiencia adecuada» en Roma.
Dicen que el trabajo del reformador sigue planteando un «desafío teológico y espiritual» y tiene «consecuencias eclesiales y políticas para la comprensión de la Iglesia y del Magisterio».
Según el informe, una declaración católica-luterana conjunta de 1980 en conmemoración de la Confesión de Augsburgo, que estableció la nueva fe luterana, había sido esencial para acercar a las dos confesiones cristianas, mientras que otra declaración ecuménica en 1983, en el 500º aniversario del nacimiento de Lutero, había iniciado una «implicación intensiva» en la obra del reformador.
La histórica declaración conjunta de 1999 sobre la doctrina de la justificación fue un «hito en el diálogo ecuménico», según el informe, por su reconocimiento de que las diferencias restantes ya no deberían «tener un efecto de división de la Iglesia». La realidad es que centenares de teólogos luteranos y la Iglesia Evangélica de Dinamarca (luterana), rechazaron esa declaración.
El informe de los obispos incluye cartas conciliadoras de junio de 2015 entre el presidente de la conferencia de obispos alemanes, el cardenal Reinhard Marx, y el obispo luterano Heinrich Strohm, presidente de la Iglesia Evangélica de Alemania, que esbozan planes para una peregrinación ecuménica a Tierra Santa y una celebración de Cuaresma dedicada a «la sanación del recuerdo» en 2017.
En una entrevista con CNS, el vicepresidente de la Comisión Ecuménica, el obispo Heinz Algermissen de Fulda, dijo que las relaciones católico-luteranas habían mejorado desde el Concilio Vaticano II, pero que las confesiones deben trabajar por «la unidad visible, no sólo una diversidad reconciliada».
«Esto significa no sólo orar juntos, sino afrontar el reto de hablar con una sola voz como cristianos cuando todos nos vemos desafiados por el ateísmo y el laicismo agresivo, así como por el Islam [radicalizado]. De lo contrario vamos a perder más y más terreno», dijo.
«No podemos ver la conmemoración de la Reforma como un jubileo, pero también hay que admitir nuestra culpa por los errores del pasado y arrepentirnos en ambos lados por los últimos 500 años», agregó.
Los católicos son el 29 por ciento de los 82 millones de habitantes de Alemania, mientras que la Iglesia Evangélica de Alemania representa el 27 por ciento, si bien todas las confesiones han experimentado una disminución del número de sus miembros.