(Fides) Mons. Kussala ha dirigido su llamamiento a la comunidad internacional para que «continué jugando su papel clave en persuadir al Presidente Salva Kiir y al ex Vice Presidente Riek Machar para que regresen a la mesa de las negociaciones y para que pongan el práctica en acuerdo para compartir los poderes que se firmó en agosto del año pasado».
Los nuevos combates entre las facciones de Kiir y Machar que han estallado en julio han obligado a éste último a huir de la capital Juba. Machar que, según los acuerdos de agosto de 2015, se convirtió en el primer vicepresidente, ha sido destituido de su cargo. Su lugar lo ha tomado Taban Deng Gai, un miembro de la formación de Machar (SPLA-IO) que ha pasado al campo de Kiir.
La situación humanitaria en Juba y en el resto del país es precaria, y son las organizaciones católicas y de otras denominaciones cristianas las que se están haciendo cargo de la mayor parte de la emergencia.
«Con la ayuda internacional y la de la Iglesia Católica y los demás miembros del South Sudan Council of Churches, de agencias como Cafod y Trocaire, Caritas, y otras agencias humanitarias, ayudamos a la población a sobrevivir, y podemos asegurar que nuestro país tenga un futuro» afirma Mons. Kussala.
El Obispo señala que Sudán del Sur es potencialmente muy rico, no sólo de petróleo sino también de diferentes minerales y tiene una importante producción agrícola. Pero el conflicto, causado por «una pequeña minoría» impide que el país se desarrolle. La tragedia de Sudán del Sur se pasa por alto en los medios de comunicación por los ataques terroristas en Europa y en otras partes del mundo, pero Europa, concluye Mons. Kussala, no puede ignorarlo porque de lo contrario se verá abrumada por una nueva ola de refugiados.