(El País) Los ciudadanos musulmanes respondían así llamamiento inédito del Consejo Francés del Culto Musulmán a acudir a las iglesias de Francia para trasladar su «solidaridad y compasión» tras el último atentado y para mostrar un frente común de rechazo al terrorismo. A la iglesia de Notre Dame de la capital acudió el rector de la Gran Mezquita de París, Dalil Boubakeur. También en Italia, pequeñas delegaciones de imanes y decenas de musulmanes fueron a escuchar misa en distintas iglesias el país, en una iniciativa similar a la francesa.
Agradecimiento del arzobispo
«Acogemos de forma particular esta mañana a nuestros amigos musulmanes», indicó el arzobispo de Rouen, Mons. Dominique Lebrun, al inicio de la misa celebrada «por la paz, en memoria del padre Hamel», la ceremonia más simbólica. «Han querido visitarnos esta mañana, os doy gracias en nombre de todos los cristianos. Con esta acción afirmáis que os oponéis a las muertes y la violencia en nombre de Dios», añadió. «Frente a la muerte horrible e injusta de un sacerdote, nuestras comunidades religiosas se reúnen. Es la esperanza que está marcha», concluyó, en una catedral repleta y vigilada por un importante dispositivo de seguridad. El sábado también se congregaron representantes católicos y musulmanes en diversos homenajes, como el celebrado en la segunda iglesia de Saint-Etienne-de-Rouvray.
«Hemos venido para mostrar a la comunidad católica que estamos aquí con ellos, estamos todos unidos y no podemos dejar que esos bárbaros nos dividan», explicó una joven con velo a la televisión local a la salida de la misa de la Catedral de Rouen. «Me alegro de ver que los imanes y los fieles han respondido al llamamiento del Consejo Francés del Culto Musulmán», dijo por su parte Mohamed Karabila, encargado de la mezquita de Saint-Etienne-du-Rouvray, quien ya había manifestado tras el atentado su conmoción por el asesinato de su «amigo» el padre Jacques Hamel. «La sangre derramada será el cimiento que una a nuestras dos comunidades», añadió.