(La Voz de Cádiz) Según la sentencia, de 74 folios, los magistrados han considerado que, en algunos de los hechos examinados sí existieron «vejaciones», pero consideran que «no se aprecia un ánimo libidinoso de abuso sexual, ni acciones objetivamente con una entidad de abuso sexual, en las que, frente a las imputaciones concretas que se presentan, hay un margen de duda de que inequívocamente haya una connotación sexual».
En su fallo, los magistrados Manuel Grosso de la Herrán y Miguel Ángel Ruiz Lazaga, precisan que aunque el sistema educativo de López Luna era «inapropiado» y afirman que «utilizar este sistema es algo censurable y lo es más cuando se lleva a cabo a espaldas de los padres o tutores de los menores que no son informados de ello. Ahora bien, entender que dicha conducta se lleva a cabo por el acusado en ejecución de un plan preconcebido para crear el clima idóneo con el que llevar a cabo actos con menores encaminados a satisfacer sus deseos libidinosos es una motivación que debe quedar plenamente acreditada, sin el menor género de duda».
Por otro lado, la sentencia señala que se le absuelve por las faltas de vejaciones leves de las que es autor material y directo, alguna con carácter continuado, al quedar despenalizadas tras la entrada en vigor de la LO 1/2015 de 30 de marzo.
Igualmente se le absuelve de las quince faltas continuadas de lesiones o de malos tratos de obra que se le imputan, si bien, se le condena, como responsable civil directo, a indemnizar en concepto de daños morales a la cantidad de 500 euros a doce menores.
Voto particular de una magistrada
La sentencia, muy esperada tras la celebración del juicio el pasado mes de mayo por la polémica y expectación que despertó este caso, cuenta con el voto particular de una magistrada ya que no ha habido acuerdo entre los tres jueces de la Sección Tercera que sí condena los hechos.
El exdirector de Salesianos, acusado de abusos sexuales y agresiones físicas de 27 alumnos cuando era director del colegio religioso de Cádiz, se enfrentaba a una pena de cárcel de 38 años de prisión.
«No he sido profeta en mi tierra». Así ponía fin el procesado a las nueves sesiones del juicio que sirvieron para dilucidar si cometió los citados delitos. El sacerdote utilizó su turno de última palabra y se dirigió al tribunal: «Llegué a servir. Me remangué y me puse al servicio de padres, alumnos y de toda la familia salesiana pero no he sido profeta en mi tierra», declaró. Ya a la salida, el exdirector de Salesianos aseguró que confiaba «plenamente en la Justicia» y que estaba «más tranquilo» al cerrar una nueva página.
Por su parte, la defensa solicitó la absolución de su representado. Para el abogado del exdirector no había mayor prueba de la inocencia de López Luna que la petición in extremis de la Fiscalía de añadir a su acusación la alternativa de delitos contra la integridad moral. «El que es un pederasta lo es desde el principio hasta el final», expuso entonces Manuel Montaño.
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