(ACI Prensa) Los abortistas requerían de privilegios de admisión en hospitales locales para casos de emergencias, y las clínicas debían cumplir los estándares de centros de cirugía ambulatoria.
La ley de Texas fue aprobada en 2013, en medio del escándalo de Kermit Gosnell, un abortista de Filadelfia condenado a dos cadenas perpetuas por tres casos de asesinato en primer grado a bebés nacidos vivos y de homicidio involuntario por la muerte de una mujer en su clínica, debido a una sobredosis de anestesia.
El fallo del Supremo ha sido recibido con duras críticas de parte de defensores de la vida en Estados Unidos, así como celebrado por parte de Planned Parenthood, multinacional envuelta en acusaciones de tráfico de órganos de bebés abortados en sus instalaciones.
La líder pro-vida estadounidense Abby Johnson, ex directora de una clínica de Planned Parenthood en Texas, advirtió hoy que «la Corte Suprema ha tomado una decisión peligrosa para cientos de miles de mujeres que entran en estas instalaciones de aborto sin regulación, insalubres e inseguras cada año».
«Exigir que una instalación que realiza procedimientos médicos invasivos en una mujer cumpla los estándares de un centro de cirugía ambulatoria es sentido común», señaló en una publicación en Facebook.
Por su parte Lila Rose, presidenta de la plataforma pro-vida estadounidense Live Action, criticó que la Corte Suprema «ha puesto a las mujeres y a los niños por nacer en mayor peligro» con su sentencia de hoy.
«Las pesadillas –desde equipos sucios e insalubres hasta muerte de mujeres– continuarán en las instalaciones abortistas que están virtualmente no reguladas», escribió en su cuenta en Twitter.
Rose señaló que es «trágico e injusto» que la Corte Suprema se «rehúse a reconocer el aborto como un acto violento contra las mujeres y una violación de los derechos humanos contra los niños».
Los abortistas, felices
Cecile Richards, presidenta de Planned Parenthood Federation of America, calificó el fallo como una «enorme victoria», y aseguró que «vamos a luchar como el infierno, estado por estado, para proteger el acceso al aborto y rechazar leyes que lo restrinjan».
Para Abby Johnson, ahora «podemos ver la verdadera motivación de la industria del aborto… no es seguridad, es simplemente ‘acceso’ a cualquier costo».
«Las mujeres han sido tratadas como ciudadanas de segunda clase en lo que se refiere a los estándares básicos del cuidado de la salud durante mucho tiempo», lamentó.
Para la líder pro-vida, las mujeres estadounidenses «merecemos algo mucho mejor que lo que la Corte Suprema nos ha dado hoy».
El gobernador de Texas, Greg Abbott, señaló en un comunicado que la decisión de la Corte Suprema «erosiona la autoridad legislativa de los Estados para salvaguardar la salud y seguridad de las mujeres y somete a perderse la vida más inocente».
«La meta de Texas –explicó el gobernador– es proteger la vida inocente, mientras se aseguran los estándares más altos de salud y seguridad para las mujeres».
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