(Pilar Paz/InfoCatólica) En el marco del XIº Congreso Eucarístico Nacional Argentino, que se está llevando a cabo en la ciudad de San Miguel de Tucumán, cuenta su experiencia de participación en el mismo así como la de todo el seminario.
Seminario de Tucumán
El seminario de Tucumán, es un seminario regional, en el que estudian seminaristas de Catamarca, de Tucumán, de Concepción, de Santiago del Estero, de Añatuya y de Salta.
«Yo sería el último seminarista salteño que estudia aquí porque ya Salta abrió la Teología, así que ya concluyen los estudios ahí» comentó.
Según expresó, desde hace dos años que vienen trabajando en el área de Liturgia. Cuenta que es uno de los cuatro maestros de ceremonia del seminario, y que se ocupan de las celebraciones. Añadió que se vienen preparando mediante el rezo de la oración del Congreso y pidiendo por el mismo sobre todo en las adoraciones eucarísticas que tienen todos los jueves y por supuesto en todas las misas.
Sin embargo esta no es la única tarea que realizan en el marco del Congreso Eucarístico. El seminario cuenta, en este momento con alrededor de cincuenta seminaristas, contando a aquellos que están en el introductorio. Ellos se encargaron de recibir a más de cuatrocientos seminaristas provenientes de todo el país.
Es por ello que la preparación fuerte comenzó un mes antes del inicio del Congreso. Tuvieron que acondicionar el edificio, ya que, si bien es grande, al ser pocos había espacios que necesitaban refacciones, había cosas que no funcionaban o que se habían roto. Ellos concretamente colaboraron con la limpieza profunda.
Experiencia de vivir el Congreso Eucarístico Nacional
Marcos opina que es un lindo momento para reavivar la fe en Cristo. Cuenta que un profesor, días antes les había preguntado para qué se hacía un Congreso Eucarístico a lo que ellos respondieron que para adorar a Cristo, pero el docente les respondió que esta adoración se realiza porque realmente creemos que Jesús está en la Sagrada Eucaristía. Y agregó que antes de la adoración, antes de la alabanza, viene un acto de fe, viene la creencia de decir que ahí está verdaderamente presente nuestro Señor Jesucristo.
«Creo que el mensaje que se nos ha dado, tanto antes de ayer Monseñor Zecca como ayer Monseñor Arancedo, incluso el Nuncio cuando habló con nosotros, con los seminaristas, ha sido un mensaje de unidad. Especialmente en la Argentina, dejar de lado la división por distintos motivos, sean los que sean y poder construir una patria unida,» sostuvo Marcos, e hizo referencia a la coincidencia del Congreso Eucarístico con el año del Bicentenario de la independencia argentina. A esto agregó que la unidad no significa que vamos a ser todos iguales sino que cada uno con su diferencia, cada uno con el don que Dios le dio, va a aportar algo para que se construya esa unidad.
«Yo veía un poco esta unión de todos los seminaristas del país que sí, somos todos muy distintos. Cada seminario tiene su impronta. Si bien todos siguen, por supuesto, la misma línea católica pero cada uno tiene su forma de vivir según la región, los lugares, un montón de cosas. Y al juntarnos todos acá es como que yo me reía un poco de decir qué curioso que es ver distintos tipos de seminaristas, cada uno con su experiencia. Nadie es mejor ni peor que el otro. Dios nos ha llamado a todos y cada uno sabrá como responde a ese llamado» opina Algorta, que además expresó que allí se ve la riqueza de la Iglesia.
Mensaje del Delegado Papal
«El Cardenal Re cuando nos habló dijo algo que a mí personalmente me impactó muchísimo: que tenemos que ser especialistas en la oración y de ese modo seríamos verdaderos hombres de Dios. Él dijo: «Si ustedes son verdaderos hombres de Dios van a hacer mucho bien a este mundo.», relató.
«Creo que todos los que queremos seguir la vocación y queremos decirle sí a Jesús es para ayudar a la gente, ayudar al mundo, para el otro, para ser otro Cristo. Cristo ha venido al mundo no para hacerse el Rey sino para servir, Él mismo lo dijo».
Marcos considera que el Congreso Eucarístico es un lindo momento para reavivar la llama de la vocación: «A veces nos pasa lamentablemente que la rutina, bueno esto de… estoy hace siete años en el seminario y tengo que estudiar, tengo que rendir, tengo que rezar, tengo que hacer, tengo, tengo, tengo y uno va haciendo las cosas mecánicamente.»
Por un lado dice que está bueno porque uno lo va incorporando inconscientemente pero por otro lado también corre el riesgo de perder el sentido de lo que se está haciendo: «Entonces tiene que volver siempre a frenar, ver que está pasando y creo que por ahí el Congreso Eucarístico es una forma. Al menos a mí me está ayudando a eso, a frenar y decir: bueno Dios está aquí, Cristo está aquí y lo importante es eso y lo demás vendrá por añadidura», concluyó.