(Escuelas Católicas) Un total de 34.544 niños con algún tipo de discapacidad forman parte del sistema educativo. De ellos, casi la mitad (42,3%) son atendidos en la escuela concertada, un porcentaje que casi dobla al que le correspondería por el número de niños que escolariza (un 25,4% del total de alumnos).
Estos datos, extraídos del último informe anual que emite el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte «Datos y cifras. Curso escolar 2014/2015», corroboran el carácter social de la escuela concertada, el servicio que se lleva a cabo en sus aulas.
Pero no hablamos sólo de números. La concertada apuesta por una educación inclusiva que tiene como propósito prestar una atención educativa que favorezca al máximo el desarrollo de todo el alumnado. En los últimos años la escuela concertada está siendo motor de cambio, está generando una verdadera transformación también en el ámbito de la educación especial, tanto detectando y dando respuesta a los alumnos con necesidades educativas especiales como facilitándoles la adquisición de destrezas, habilidades, conocimientos y valores relevantes para su mejor desarrollo y autonomía, al tiempo que implanta programas de estimulación temprana de las inteligencias en estos alumnos.
A menudo se olvida la excelente tarea educativa que desarrolla la escuela concertada y su gran labor social, entre otros colectivos, con los alumnos con necesidades educativas especiales (discapacidad, trastornos graves de conducta... sin olvidar a los alumnos con altas capacidades intelectuales).
Escuela de calidad y libertad de elección
José María Alvira, portavoz de la Plataforma Concertados, ha destacado la labor callada y fructífera que se realiza en los centros concertados con estos alumnos a pesar de contar con un escaso apoyo económico y moral por parte de las instituciones públicas: «la atención a los alumnos de educación especial ha sido siempre un principio fundamental para la escuela concertada, que proporciona a todo el alumnado una educación adecuada a sus características y necesidades. El debate en nuestro país no debe ser escuela pública o escuela concertada, sino escuela plural, escuela de calidad y escuela donde los padres puedan ejercer su derecho a elegir libremente el centro al que quieren llevar a sus hijos».
La labor social que realiza la escuela concertada aporta un gran valor a la sociedad. Sin embargo, como consecuencia de algunas actitudes y decisiones políticas, que revelan una manera de entender la enseñanza concertada como subsidiaria de la pública, la escuela concertada vive con incertidumbre las próximas elecciones generales. Por ello, desde la Plataforma Concertados se quiere recodar a los políticos que la concertada cumple una función social y es una pieza clave en el engranaje de un Estado democrático que salvaguarda la libertad de elección de sus ciudadanos. La variedad de proyectos educativos garantiza mayor competencia y capacidad de mejora de la calidad de la educación, que es lo que todos deseamos. En definitiva, la enseñanza concertada beneficia a todos, padres, alumnos y conjunto de la sociedad.