(AIN) La Oficina de Escuelas Cristianas de Israel advirtió que los acuerdos logrados en su momento no se han cumplido y que la situación llegó a niveles insostenibles.
La Oficina recordó que su protesta de 2015 no tenía precedentes y que fue causada por las decisiones de las autoridades, las cuales «habían estado recortando constantemente los presupuestos destinados a estas escuelas a un nivel de 45% en los últimos seis años. Adicionalmente, el Ministerio de Educación emitió regulaciones que limitarían la posibilidad de las escuelas cristianas de cobrar cuotas a los padres de familia. Estas dos medidas hacen imposible seguir operando».
Las polémicas decisiones fueron seguidas por la sugerencia de que las escuelas se sumaran al sistema de educación pública de Israel, lo cual fue decididamente rechazado por las instituciones educativas, ya que otras escuelas ubicadas en la misma categoría ante la legislación local continuaron recibiendo fondos completos y manteniendo su plena autonomía. El malestar se tradujo en demostraciones públicas, cese de actividades, encuentros con funcionarios y delegaciones y una denuncia de la situación ante los medios nacionales y extranjeros.
La crisis de 2015 llegó a su fin cuando el gobierno israelí acordó transferir un presupuesto de 50 millones de shekels el día 31 de marzo de 2016 para compensar los recortes presupuestales y permitir la subsistencia de las escuelas. Además, se crearía una comisión para discutir la solución al problema. «Hoy, más de 50 días después de la fecha límite, el gobierno no transferido la suma», denunció la Oficina de Escuelas Cristianas.
La comisión se ha reunido en sólo tres oportunidades y las autoridades renovaron su recomendación de unirse al sistema público a cambio de tres horas de clase a la semana dedicadas a preservar la identidad cristiana de los estudiantes. «Es claro para nosotros que estas recomendaciones no resuelven la crisis», afirmaron las instituciones educativas. «Lamentamos el hecho de que el Ministerio de Educación esté intentando de nuevo forzar nuestras instituciones a unirse al sistema público». La Oficina advirtió que las escuelas cristianas «están en riesgo de colapsar finacieramente» y que si se cumple el compromiso de las autoridades «este colapso se retrasará por un año», por lo cual se necesita una solución de fondo. Las escuelas pidieron el pago de los fondos prometidos y el establecimiento de un aporte estatal anual o la creación de un nuevo estatus legal para las instituciones «que asegure fondos suficientes y tome en consideración su peculiaridad y largo servicio en el territorio».