(Asia News) Según una costumbre del hinduismo, las mujeres que permanecen viudas son obligadas a llevar el luto por el resto de sus días, deben eliminar de su vestimenta toda prenda que sea de color rojo, y están obligadas a vestirse solamente de blanco. Todo esto conduce a una discriminación y a una marginación de hecho en todas las actividades sociales. Por tal motivo, las mujeres marcharon gritando el eslogan: «Respeto por las mujeres viudas cubiertas de rojo».
La religión hindú discrimina, desde hace siglos, a las mujeres que pierden al marido. Ellas son consideradas impuras y portadoras de desventura, y son alejadas de sus propias familias, que normalmente las encierran en hogares comunes o las mantienen segregadas en habitaciones cerradas.
La Constitución nepalesa, aprobada recientemente, prohíbe claramente toda forma de discriminación contra las mujeres. El artículo 38, punto 3, dice: «Ninguna mujer podrá ser sometida a violencia física, mental, sexual, psicológica o de cualquier otro tipo, o explotada en base a la religión, a las tradiciones sociales y culturales, o a prácticas de cualquier tipo. Todo estos actos son penados por la ley, y las víctimas tienen derecho a obtener un resarcimiento en conformidad con la ley».
El artículo 43, por otro lado, habla de manera explícita de una asistencia social que es garantizada a todos, incluidas las «mujeres solteras», que es otro término utilizado para referirse a las viudas. No obstante existen las garantías constitucionales, la práctica sigue estando difundida en muchos Estados de confesión hindú, incluyendo a la India.
La discriminación es puesta en práctica contra las «viudas niñas» o contra aquellas mujeres que han estado casadas por breves períodos. Es el caso de Sabina Maharjan, de la aldea de Thencho, una de las líderes de la protesta:
«Mi marido murió tres meses después del matrimonio. En dicho período, estuvimos juntos sólo dos días, antes de que él partiera hacia Arabia Saudita por motivos de trabajo. Recibí su cuerpo e hice la cremación del mismo de acuerdo a la tradición hindú. Pero el hinduismo me impide honrar a los dioses, visitar los templos y vestirme de rojo».
La mujer cuenta que la sociedad la considera como «intocable». En el caso de las ceremonias sagradas, somos siempre no bienvenidas».
Bina Shahi, otra viuda, tiene 27 años y un hijo de cinco. Ante la pregunta del pequeño de por qué su mamá no participa de las fiestas ni lleva vestidos bellos, la mujer respondió: «Porque tu padre murió».
La etnia de los newar, una de las poblaciones históricas del valle de Katmandú que profesa la religión hindú, tiene reglas ulteriores bien precisas: las viudas deben abstenerse de llevar vestidos rojos, brazaletes, el tika (el pequeño punto rojo sobre la frente) y de practicar actividades religiosas hasta llegado el Bhimratharohan [un ritual de la comunidad que celebra la longevidad, y que se cumple al llegar a los 77 años de edad, siete meses y siete días, ndr].
Las mujeres que protestaban decidieron que de ahora en adelante participarán en la veneración a los dioses, en las fiestas, y cantarán y bailarán.. Govinda Tandon, administrador del templo de Pashupatinath, declara: «La religión no tiene defectos, es la práctica lo que ha sido distorsionado. La cuestión de las mujeres es un hecho serio, y no debe ejercerse una discriminación y opresión en relación a las viudas».