(Actuall) Durante meses se realizó una investigación con videocámaras y con material definido altamente comprometedor, encontrado en el hospital y en la casa de la acusada.
Las víctimas que fallecieron eran principalmente ancianos que murieron por la inyección de un medicamento que, según los primeras investigaciones, provocaba una «muerte dulce» y que no era un sedante.
Algunas de las víctimas ya estaban en estado crítico, mientras que otros se encontraban en vías de recuperación de la enfermedad que padecieran.
La orden de investigación fue emitida por el juez de instrucción del Tribunal de Livorno, Antonio Pirato, en el marco de una operación denominada «Asesino en la sala».