(AIN) En diciembre el presidente Yahya Jammeh declaró que el país, en el que 9 de cada 10 personas confiesan la fe musulmana, ya anunció que sería una república islámica. Gambia es por lo tanto el segundo estado islámico oficial en África.
Jammeh ha seguido el ejemplo de Pakistán, Irán, y Mauritania, países con los que comparte el estatus de estado islámico.
«Única fe y forma de vida, no es negociable»
«Aceptar la religión de Alá como única fe y forma de vida no es negociable», afirmó el presidente. Agregó: «En línea con la identidad y los valores religiosos del país, yo proclamo Gambia como un Estado islámico».
Hamat Bah, el líder de la oposición del Partido de Reconciliación Nacional, criticó la decisión: «Hay una cláusula constitucional que dice que Gambia es un Estado laico, no se puede hacer una declaración de ese tipo sin tener que pasar a través de un referéndum», expresó.
Los medios nacionales también cuestionaron la decisión: «Esta es una afrenta a la Constitución de Gambia, que se basa en las tradiciones seculares y no admite que cualquier religión se consagre como la religión del Estado», expresaba un periódico en su editorial.
Con el fin de defender la declaración del presidente, el Consejo Islámico Supremo de Gambia (GSIC) convocó a una convención de 300 personas, que incluyó a representantes de la oficina de vicepresidente.
Tranquilizar al 5% de cristianos
Dando su apoyo a la medida, llamaron asimismo a la paz entre los musulmanes, y con las personas de otras religiones. Jammeh aseguró a los cristianos que esta declaración no amenaza su libertad para practicar su fe.
«Los cristianos deben ser respetados, y la forma en que celebran la Navidad o lo que sea, puede continuar. En la relación entre las religiones, nadie tiene el derecho de interferir en la vida de la otra», declaró el presidente.
La medida sin embargo va en contra de la declaración de Marrakech, firmada en enero de 2016 por más de 200 líderes islámicos de todo el mundo, a favor de garantizar la libertad religiosa para los no musulmanes en los países de mayoría musulmana.
Orden a las funcionarias de que se tapen el pelo
Aunque inicialmente el presidente intentó rebajar el tono de su declaración, unas semanas después se emitió una orden ejecutiva que prohibía a todos los empleados civiles femeninos trabajar con el cabello al descubierto.
La ley duró sólo una semana, ya que los grupos de la oposición se manifestaron, provocando que Jammeh abandonara la iniciativa y que las mujeres puedan trabajar sin cubrirse la cabeza.
Jammeh ha explicado que la decisión de declarar al país como un estado islámico «fue una respuesta a la realidad actual en Gambia, una colonia británica hasta 1965». «A medida que los musulmanes son mayoría en el país, Gambia no puede permitirse el lujo de continuar con el legado colonial», argumentó.
Un presidente poco ejemplar
El presidente ha estado en el poder en Gambia tras dar un golpe de Estado de 1994, y tiene un «registro deplorable de abuso de Derechos Humanos y una corrupción rampante», explico a Al Jazeera Jeffrey Smith, empleado del Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos.
«Jammeh está tratando desesperadamente de fomentar una relación más estrecha y más lucrativa con el mundo árabe. Está tratando de acomodarse con otras partes del mundo que albergan sentimientos anti-Oeste», agregó Smith.
Un estudio del Pew Research informó en 2010, que los cristianos representan alrededor del 5% de la población de Gambia. Más de la mitad de este grupo es católico, mientras que los protestantes constituyen el 1,5 por ciento de la población total.
Aunque Gambia no aparece en la Lista Mundial de Persecución de Puertas Abiertas 2016 «el extremismo islámico como motor de persecución está presente en el país», advirtió la organización.
«El país está tomando medidas no violentas para islamizarse, en particular en el sistema educativo, en las instituciones, los medios de comunicación, y la familia», concluye Puertas Abiertas.