(Laura Montoya/Cari Filii) Mientras Alberto Valencia fue gerente del Metro entre el 93 y el 98, el miedo a un ataque con bombas era la primera preocupación de muchos. Alberto Valencia describe que el artista Humberto Pérez fue el que tuvo la idea de poner Marías a custodiar el sistema para evitar que el atentado sucediera.
Según él, porque en la ciudad lo que más se respeta es a la madre, y esta tiene su mayor representación en la progenitora del Dios cristiano.
El mismo Pérez pintó una en la estación Ayurá, que llamó La Niña María. Su rostro resultó de una búsqueda que emprendió el artista en el municipio de Envigado, al sur del valle de Aburrá.
«Le tomamos fotos a varias mujeres e hicimos un estudio. Hice un ‘bocetico’ chiquito y gustó mucho», recuerda el pintor. Él dice que buscó mujeres con semblante judío, que le dieran una idea de cómo era María. También que se asesoró con expertos de la época.
El resultado aún se conserva en la sala de su casa, y su réplica, en la estación del sur. En ella la joven viste de azul y blanco y al lado de su cara dice «se cuenta que años más tarde dio a luz a la luz del universo…»
Una réplica de ´La niña María´ del pintor Humberto Pérez está ubicada en la entrada de la estación Ayurá de la línea A del Metro. El artista buscó en Envigado la cara para su María.
Pérez cuenta que hace años no ve la copia de su María, y que cuando la hizo, hace más de 17 años, recibió algunas críticas porque la representación que el artista hizo no estaba aprobada por la Iglesia. «Yo no la he llamado la virgen María, se llama la Niña María», dice Pérez que argumentó a favor de su obra.
Una réplica de Nuestra Señora de Colombia del pintor Fernando Botero está ubicada en la estación San Antonio.
Esta copia fue hecha por el artista Libardo Ruiz, quien además pintó en la estación Caribe su propia virgen de tres metros –La Milagrosa– y tabién realizó la copia de la María Auxiliadora de Ethel Gilmour en la estación Itagüí.
«Cuando se hizo esa campaña, nos sorprendíamos porque veíamos que se echaban la bendición al ver las vírgenes y les dejaban flores», cuenta Ruiz.
Este artista se especializó en hacer obras de gran tamaño, por lo que fue el más opcionado para hacer las réplicas. La de Botero le tomó dos meses de estudiar la pintura original en el Museo de Antioquía, y terminó con una llamada de satisfacción por parte del maestro.
Por otra parte, la copia del cuadro de Gilmour, amiga personal suya, tuvo un aporte de Ruiz. En el lienzo están dibujadas las manos de Ethel sosteniendo a su paloma ‘Blanquita’, con la idea de que semejaran montañas, y abajo, la Virgen María Auxiliadora.
Aunque, según Valencia, la idea era que todas las estaciones tuvieran su virgen, esto no se logró.
Estas intervenciones se hicieron en la segunda mitad de la década de los 90, después de la inauguración del Metro, y algunas, como la de San Javier, fueron retiradas por las adecuaciones del sistema, o se fueron deteriorando con el paso del tiempo y el manejo de las obras.