(Riposte Catholique/InfoCatólica) «IVE [interrupción voluntaria del embarazo]: mi cuerpo, mi elección, mi derecho» es el eslogan de esta campaña gubernamental, que subraya el acercamiento individualista al drama del aborto. El derecho absoluto concedido a la madre sobre su cuerpo justificaría así el de suprimir la vida naciente.
La campaña insiste en la libertad basada en la información; la CEF lamenta que esta información ponga en cuestión la vida que lleva dentro de sí una mujer embarazada.
El portal de internet que acompaña a la campaña pretende que «el derecho a la IVE está unánimemente asumido por los franceses»: lo cual es una mentira que se burla de la libertad y de la dignidad de numerosas personas que piensan exactamente lo contrario.
La CEF manifiesta la imperiosa necesidad de no considerar el aborto como una «anécdota» de la vida, sino como un acto grave que, muy a menudo, compromete y marca profunda y perdurablemente a las personas que lo viven: a las mujeres, pero también a los hombres y a las familias. A este propósito, la CEF encarece muy particularmente que la Iglesia se acerque a las mujeres marcadas por el aborto. La Iglesia advierte sobre la existencia de numerosos organismos suyos dedicados a la información, la acogida y el acompañamiento, tanto de las personas que se han planteado abortar como de las que lo han vivido.
Respalda todas las iniciativas que favorecen la educación afectiva, relacional y sexual de los jóvenes. Y, a este propósito, reafirma y sostiene la responsabilidad de los padres.
Esta campaña gubernamental a favor del aborto lleva a cabo lo mismo que proponen los debates sobre la Ley de la Salud, de tal manera que van a ser propuestas medidas perturbadoras (especialmente: la administración de la píldora anticonceptiva de urgencia [en España: la «píldora del día después»] a las menores, la integración del nombre de la IVE en la planificación del curriculum de las ARS [Acute Retroviral Syndrome], la autorización para que los centros de salud puedan llevar a cabo el aborto, el final de la espera de una semana entre la consulta médica y el aborto).
En su encíclica «Laudato si», aplaudida por numerosos dirigentes, el Papa Francisco recuerda:
«Puesto que todo está relacionado, la defensa de la naturaleza no es compatible, en absoluto, con la justificación del aborto. Un camino educativo para acoger a las personas débiles de nuestro entorno, que a veces son molestas e inoportunas, no parece que sea efectivo si no se protege al embrión humano, incluso cuando su llegada conlleva pesar y dificultades» (n. 120).
«En esta época en la que la fragilidad y la pobreza humana sacuden nuestras sociedades, la protección del niño que está por nacer, lo mismo que la acogida de la gente en las situaciones de desastres, naturales o no, se inscriben en esta ecología integral que respeta a todo hombre y a todo el hombre»
Traducido por José Luis Aberasturi, del Equipo de Traducción de InfoCatólica