(Efe) «Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas para que este pueblo abra de par en par su mente, su corazón y su vida a Cristo», pidió el pontífice en su plegaria en el Santuario del Cobre al que acudió al poco tiempo de llegar a Santiago de Cuba, tercera y última etapa de su viaje a la isla.
A la oración del papa Francisco en la basílica menor del santuario, donde llegó procedente del Seminario San Basilio Magno que será su residencia hasta el martes, asistieron doce obispos cubanos, el cardenal Jaime Ortega, máxima autoridad católica en la isla, y el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
El rezo del Santo Padre fue un momento de recogimiento al que no asistieron fieles, aunque numerosas personas acudieron a la colina sobre la cual se levanta el santuario y aguardaron bajo la lluvia la llegada de Francisco.
Ante la pequeña estatua de la Caridad, junto al altar, el Papa besó el pie de la imagen y le hizo una ofrenda a la patrona de Cuba: un florero de plata con flores también de plata desde el tallo y pétalos de cerámica.
Posteriormente rezó, primero de pie y después sentado en sillón, ante la Caridad del Cobre, ante la que leyó dos oraciones: la de San Juan Pablo II al coronar la imagen de la Virgen de la Caridad y la oración del Plan Pastoral.
Al finalizar la plegaria, unos niños entonaron ante Francisco una versión coral de «Yo vengo a ofrecer mi corazón», del cantautor argentino Fito Páez que el pontífice les agradeció.