(SIC/AVAN) Según el purpurado, «la nueva criatura venida a la existencia es persona desde el primer instante de su concepción, y al mismo tiempo está llamada a convertirse en persona humana». Así, la labor de la familia es «que aflore su inteligencia, su voluntad, su libertad, su capacidad de amar, su sociabilidad», ha subrayado.
El cardenal Caffarra ha pronunciado esta mañana la última ponencia de las jornadas diocesanas «Vocación y misión del matrimonio y la familia en la iglesia y en el mundo», organizadas a iniciativa del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, a través de la Facultad de Teología de Valencia, la sección española del Pontificio Instituto Juan Pablo II, y la Facultad de Derecho Canónico de la UCV.
El prelado, a quien el papa san Juan Pablo II nombró fundador y primer presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, ha ofrecido su conferencia en el campus de Valencia-San Juan y San Vicente de la UCV por la mañana, e impartirá una segunda sesión vespertina en la sede de Santa Úrsula.
En su intervención, el arzobispo de Bolonia ha defendido que la familia «ha sido pensada y querida por Dios mismo con vistas a alcanzar un fin», que es «la construcción de una nueva persona; construcción que tiene dos actos: generación y educación». De este modo, «Dios celebra la liturgia de su amor creativo mediante el ministerio de los esposos» por lo que «en la paternidad y maternidad humana Dios mismo creador está presente».
En un segundo momento, el ponente ha asegurado que la familia es desafiada en esta vocación procreativa y educativa. De hecho, ha expresado que «la gran provocación lanzada hoy consiste en mostrar su inutilidad». «Es un proceso de destrucción lo que estamos observando: la institución familiar poco a poco está siendo desmontada hasta su desaparición», ha asegurado este experto en Derecho Canónico, quien ha lamentado la «tentación de redefinir el matrimonio y la familia a partir de las orientaciones sexuales y no desde las dos identidades sexuales varón-mujer».
Frente a ello, el cardenal Caffarra ha propuesto «mostrar la belleza y la verdad de vivir la familia evangélica en respuesta a las familias que la niegan». Según ha expresado, «se debe vivir con fidelidad el Evangelio del matrimonio, mostrando su íntima razón de ser, y preguntar simplemente: ¿Cuál de las dos posibilidades es la más humana?, ¿cuál es la que hace aflorar la propia humanidad?».
En este sentido, ha señalado a los obispos y los esposos cristianos como responsables de esta respuesta. «La propuesta cristiana es un evento histórico. Esto es lo que debe ser narrado y es la misión de los obispos. Esto es lo que debe ser representado y es la misión de los esposos. Una narración sin representación sería como si la música de Mozart no fuese interpretada, sino solo leída y estudiada. Una representación sin narración no tendría sentido».