(Efe) Mas señala que los bienes histórico-artísticos del Aragón oriental retenidos en la región vecina no fueron expoliados sino adquiridos «de forma legal y motivada por la voluntad de proteger un patrimonio cultural de la situación de peligro y abandono en el que se encontraba». El presidente catalán indica que los bienes «fueron adquiridos, todos ellos, mediante alguno de los instrumentos jurídicos legalmente reconocidos por el ordenamiento jurídico vigente» en aquellos años.
Argumentos de Mas
Mas expone que, cuando fueron comprados estos bienes, en Europa y América del Norte «comenzaba a definirse un mercado de arte medieval que llevó a la venta y dispersión de múltiples piezas a museos y colecciones privadas de fuera de España». La falta de recursos económicos de los propietarios de aquel momento «hacía que los bienes se encontraran en una situación de conservación realmente lamentable».
El presidente catalán destaca en su misiva que la Generalidad catalana «ha invertido importantes recursos técnicos y económicos en la preservación, conservación y puesta en valor de dichos bienes» y, «formando parte alguno de ellos de su patrimonio cultural, está obligada legalmente a su conservación y mantenimiento».
Mas se remite a la sentencia del Tribunal Constitucional de 17 de enero de 2012, según la cual le correspondía a la Generalidad la competencia para proteger estos bienes puesto que los había adquirido y había actuado siempre a favor de su protección y conservación.
Asimismo, alude al código de deontología del Consejo Internacional de Museos (ICOM), que defiende la permanencia y protección de las colecciones de los museos, «aceptando solo la devolución en caso de que los ingresos se hayan hecho violando los principios de importación, exportación y transferencia ilegal, casos no aplicables a los referidos bienes».
Artur Mas ofrece «la máxima colaboración institucional» entre ambos Gobiernos y expresando su sincera muestra de afecto para con los ciudadanos aragoneses, «con quienes compartimos vecindad, historia, cultura y lazos familiares». «A la vez que respetamos sus sentimientos e identidad, esperamos de igual modo el mismo talante para con la expresión de la voluntad popular catalana que surja del proceso electoral del próximo 27 de septiembre», concluye Mas.
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