(SIC/InfoCatólica) Encarni Llamas Fortes, de la delegación de medios de la diócesis de Málaga, entrevista a Regina López
Aún no sabéis si es niño o niña pero, ¿es una bendición?
Por supuesto. Poder dar vida es un don tan grande que nunca lo podremos agradecer lo suficiente. También es un misterio al que no te acostumbras. Aunque sea el cuarto hijo, cuando ves en la eco cómo late el corazón sigues emocionándote. Para nosotros es una bendición enorme poder acoger un miembro más en la familia. Cuando tienes el primer hijo piensas que, si tuvieras otro sería imposible quererlo igual. Pero cuando te quedas embarazada te das cuenta de que el amor no se divide, sino que se multiplica, está muy dicho, pero es verdad. Y ves cómo desde ya los hermanos pequeños van queriendo al hermanito que aún no ha nacido.
Padres de familia, profesionales, trabajadores dentro y fuera de casa, con abuelos a vuestro cargo y el cuarto hijo en camino, vivís vuestra fe en el Movimiento Familiar San Juan de Ávila… ¿es posible la conciliación entre la vida familiar, la laboral, la fe?
Y seguir viviendo (se ríe). En el tema laboral somos privilegiados porque podemos, superando dificultades, acoplar nuestros horarios para estar siempre alguno de los dos pendiente de la familia. También tenemos ayuda puntual de la familia extensa. Es una pena que en la sociedad en que vivimos la familia tenga que hacer verdaderos malabares para poder plantearse tener un hijo por el tema de los trabajos y en ese sentido hace falta un cambio de mentalidad en la sociedad, no sólo un cambio legislativo que favorezca realmente y apoye la maternidad, sino un cambio en las empresas que valore el tener hijos como un bien para toda la sociedad. También tenemos que cambiar de mentalidad los ciudadanos. Cuando se habla de conciliación parece que la única que tiene que conciliar es la mujer y es la que tiene que hacer milagros, pero en una familia somos un equipo, vamos todos a una y cada familia tendrá que encontrar la forma de hacerlo. Quizás tiene que ser el marido el que tiene que reducir sus horas de trabajo o cambiar sus horarios y no es ningún drama, es cuestión de prioridades y eso lo tenemos que entender todos y también lo tienen que entender las empresas, aunque les cueste.
Habla con conocimiento de causa, puesto que es empresaria.
Sí, soy profesional con gente a mi cargo y en la medida de nuestras posibilidades intentamos favorecerlo. Es verdad que somos una empresa pequeña y que tenemos que prestar un servicio a nuestros clientes, pero con un poco de imaginación y buena voluntad, se puede hacer.
El 31 de agosto se celebra la fiesta de san Ramón Nonato, patrón de las embarazadas. Me consta que le encantan las representaciones de la Virgen embarazada y alimentando a su hijo.
La verdad es que me las voy encontrando. Antes no me fijaba en ellas pero, desde que fui madre por primera vez, me voy fijando. La iconografía de la Virgen embarazada es muy bonita, hay dibujos antiguos que son preciosos. Te transmiten mucha ternura, fuerza y humanidad. Y lo de la Virgen lactante es una de las representaciones más antiguas de la Virgen, en el Románico ya las había. Si te fijas en ellas ves que el Niño Jesús no es pequeño, tiene dos añitos o más, lo que le da un valor a la lactancia. Me gusta que muestre la humanidad de Jesús, que se alimentó de su madre. Las miradas del Niño y de la Virgen son para recordar. Parece que los pintores o escultores habían visto a madres reales dando el pecho, pues cuando ves las imágenes te reconoces en ellas. Es curioso pero, en la iconografía cristiana, la virtud de la caridad se representa como una mujer dando el pecho, a veces a un niño y a veces a dos a la vez. En Málaga tenemos un ejemplo muy claro en la Catedral, en el arco de la puerta del Patio de los Naranjos, en la parte derecha, se ve claramente a una mujer dando el pecho a dos niños y unas monedas a un tercero. Representa la caridad cristiana que da lo mejor de sí misma a sus hijos y al que lo necesita. A cada uno da lo que necesita. Me parece precioso.
En algunas parroquias se realizan bendiciones de embarazadas el 31 de agosto, ¿has participado alguna vez?
La verdad es que no he tenido ocasión, pero en el embarazo de mi segundo hijo me ocurrió algo curioso. Era 1 de septiembre, estaba muy avanzada en el embarazo y nos encontrábamos en la novena a la Patrona, en la Catedral. Cuando salíamos del templo, una señora que no conozco de nada se me acercó y me dio una estampa de san Ramón Nonato y me dijo: «toma esto que te queda muy poquito y vas a tener muy buen parto». Le di las gracias y me hizo ilusión, era una especie de bendición, desear algo bueno a los demás. Esa noche me puse de parto y antes de 12 horas nació mi hijo en un parto muy rápido y sin complicaciones. Aún conservo la estampa y recuerdo con cariño a esa señora.
El embarazo es un tiempo de espera y de esperanza, ¿cómo lo estáis viviendo en esta ocasión?
Con mucha alegría, los niños ya son mayorcitos y están muy contentos, incluso el pequeño, que aún no tiene tres años, cuando me ve sentada, me levanta la camiseta y pone su carita en mi barriga. Y mi hijo segundo me explica que le está dando cariño al bebé. Ya están pensando nombre, aunque no sabemos si es niño o niña. Yo creo que se les va a hacer un poco largo, porque falta tiempo, pero están muy contentos y nosotros también de poder vivir juntos esta espera como familia. Es un momento muy especial.
¿Hay hueco en casa para un hijo más?
Sí. Hace unos días me decían que iba a tener que ponerlo a dormir de pie como los jamones (se ríe). Espero que no lleguemos a eso. Cada uno tendrá sus circunstancias. Nosotros, por ahora, podemos achucharnos para meter a uno más en casa, gracias a Dios. También es verdad que, muchas veces es más fácil de lo que pensamos. Tenemos las casas llenas de cosas que en realidad no nos hacen falta y poniendo cada cosa en su justa medida, es fácil sacar espacio para un nuevo miembro.
En casa vivís tres generaciones, ¿qué valores se aprenden de esa convivencia intergeneracional?
Sería difícil de explicar. Para nosotros es lo normal: si una persona mayor nos necesita, la familia va a intentar atenderla. Agradecemos a Dios y aprovechamos el poder vivir todos juntos. Es una forma de devolver parte de todo el amor que hemos estado recibiendo de nuestros mayores, durante toda nuestra vida. Para los niños es maravilloso. Cuanto más amor hay en casa, mejor. Y también aprenden a compartir su espacio con una persona mayor, con la que a veces discuten, con la que aprenden a resolver conflictos, y con la que comprueban que a veces las personas se ponen enfermas y hay que cuidarlas. Yo creo que les hace conscientes de las necesidades de los demás y generosos con su tiempo y su espacio.
Además de esperar una nueva criatura, tu relación directa con la vida va más allá, eres la secretaria de Red Madre Málaga y estás muy implicada con las embarazadas con dificultades.
La verdad es que me gustaría tener más tiempo para hacer más. Sigo haciendo lo que puedo, pero tengo que decir que tenemos un grupo de voluntarias fantástico, que atiende a las chicas y a las familias que se encuentran con una dificultad inesperada en su embarazo. Es necesario que la sociedad se dé cuenta de que la maternidad es un valor para todos, no sólo es un bien para esa familia, sino para todos y tenemos que facilitar que todas las madres con un embarazo complicado encuentren ayuda y protección. Egoístamente, como sociedad nos conviene. Es necesario hacer leyes de apoyo a la maternidad. Mientras no las haya, las ONG’s tendremos que suplir lo que no se haga desde los poderes públicos. De todas formas, la labor de las asociaciones nunca desaparecerá, siempre habrá quien necesite una mano amiga que le ayude a salir adelante. Todavía no he conocido a ninguna madre, de las que vienen a Red Madre, que se arrepienta de haber tenido a su hijo. Todas reconocen que es difícil, pero que merece la pena.