(AICA/InfoCatólica) Mons. Fernández indicó como ejemplo más grave el fallo F., A.L. (13/03/2012), que transformó lo que se llamaba aborto eugenésico en un aborto por violación, y amplió las causales de despenalización previstas en la ley. Además, pidió que se implementen protocolos hospitalarios. El reciente protocolo del Ministerio de Salud fue más allá, y pretendió transformar una despenalización de un delito en un supuesto derecho a la interrupción del embarazo. Esto no responde a la legislación vigente.
El otro ejemplo es muy reciente: el 29 de julio el juez del Primer Juzgado de Familia de Mendoza dictó una sentencia avalando una práctica de maternidad subrogada, y llegó a indicar que a la mujer que prestó su vientre debería pagársele el «servicio». Esto contradice al Congreso Nacional que excluyó del nuevo Código Civil el alquiler de vientres.
Los jueces acaban legislando
El Rector indica así una tendencia a que los jueces, a través de sus fallos, terminen de hecho legislando. Recuerda lo que sucedió con la Corte Constitucional de Colombia que ante la falta de ley, «legalizó» la eutanasia, estableciendo un procedimiento que debe seguirse obligatoriamente.
Por eso Mons. Fernández pregunta: ¿qué sentido tienen los debates legislativos -donde a veces se discuten detalles ínfimos de la letra de una ley- si los fallos avanzan más allá de lo legislado? ¿No se trata también de un indebido avance de un poder del Estado sobre el otro?