(Javier GFCurevo/InfoCatólica) Como relata el prelado, en la convocatoria se lee:
«Por razones de seguridad, está prohibido durante toda la marcha el consumo de licor, sustancias alucinógenas y psicoactivas, como el porte de armas y elementos corto punzantes; favor abstenerse de consumir y/o portar dichos elementos. Recuerde que usted puede ser requisado/a en cualquier momento por miembros de la Policía Nacional, por tal motivo recuerde evitar llevar elementos que le impidan el libre acceso, movimiento, que le puedan ser decomisados y/o que puedan generar su retención privándole de su libertad».
Este párrafo, al arzobispo le ha «causado mucha preocupación» porque «pone de manifiesto, entonces, que en no pocos casos el ejercicio desordenado de la sexualidad va de la mano con el alcohol, las drogas y la violencia», y resalta el hecho de que «quienes emitieron la convocatoria no hayan alertado a los usuarios de esos elementos, (…) únicamente les piden que durante la marcha se abstengan de eso para evitar que tales objetos sean decomisados por la Policía y que ellos sean detenidos».
Finalmente, resalta el pequeño número de asistentes a la marcha: «sólo algunas decenas de personas», frente a los «ciento cincuenta mil que asistieron al «Corso por la Vida» que, en nuestra misma ciudad, se realizó hace algunos meses», como se realiza cada año, para la cual en su convocatoria «no se pedía que la gente no se drogue ni deje de llevar armas, porque quienes amamos la vida sabemos respetarla, empezando por la nuestra, y no usamos drogas ni agredimos a los demás con armas».