(Notivida) Desde la Red Federal de Familais llaman especialmente la atención sobre la intención encubierta en la convocatoria: «la despenalización y legalización del aborto».
Convocan finalmente «a todos los habitantes de nuestra Patria a reunirse y movilizarse en defensa de la familia rectamente fundada y orientada con lucidez y valor a la formación de hombres y mujeres virtuosos para encarar la restauración de las instituciones y costumbres que constituyen nuestro más rico acervo nacional».
A continuación el texto completo de la Declaración:
La Red Federal de Familias, por intermedio de su Junta Ejecutiva, con motivo de la marcha convocada bajo el lema «Ni Una Menos» para el día de la fecha, declara:
1°) Que, desde ya, condena todo tipo de violencia injusta, sea quien sea su causante y, del mismo modo, sea quien sea la víctima inocente que la padece.
2°) Que la violencia, así como cualquier otro tipo de injusticia, adquiere especial gravedad cuando es ejercida sobre las personas más débiles, indefensas y desprotegidas; del mismo modo que cuando es ejecutada por quienes, por razón de su estado, vinculación u oficio, tienen a su cargo la custodia, cuidado o protección de sus víctimas.
3°) Que la violencia ejercida contra la mujer encuadra, lamentablemente en muchos casos, en alguno de los supuestos anteriores, y como tal debe ser rechazada. La especial dignidad de la mujer, llamada por naturaleza a ser madre y custodia de la vida y la especial circunstancia de que suele encontrarse en inferioridad de condiciones para responder eficazmente a la violencia física, llevan a que la mujer sea víctima frecuente de la violencia, como lo son los niños y los ancianos.
4°) Que esta particular situación no impide considerar que situaciones de «violencia psicológica, física, sexual, espiritual de muchas mujeres que padecen por amenazas, humillaciones, golpes, acosos, discriminación, explotación, esclavitud», como han manifestado otros, son padecidas en similar gravedad y número por distintos sectores de la sociedad también necesitados de protección, como los aludidos en el párrafo anterior.
5°) Que enfocar el reclamo contra la violencia sólo en las mujeres constituye un acto de injustificada discriminación, cuando la sociedad entera se encuentra reclamando por la desaparición y comercio de niños (varones y mujeres), el trabajo esclavo (que afecta a ambos sexos y a personas de distinta edad y origen), la falta de escuelas y hospitales dignos y la condición de pobreza extrema y miseria a la que se ve sometida un importante sector de la población, así como el atropello a su dignidad al que también un gran número de habitantes de nuestro suelo se ve sometido al no encontrar un trabajo suficiente que le permita sostener con decoro sus necesidades y las de quienes están encomendados a su cuidado, y que lo obliga a depender de subsidios del Estado; el abandono al que se encuentran sometidos numerosos ancianos que no encuentran cobijo y atención suficientes para transcurrir con decencia el último tramo de sus vidas, etc.
6°) Que todos estos, y muchísimos otros, constituyen casos de injustificada violencia que también exigen el reclamo de todo el pueblo argentino.
7°) Que, en tales condiciones, convocar a una demanda parcializada, frente a una tan generalizada situación de injusticia y violencia constituye no sólo un acto de discriminación indebido sino el planteo dialéctico de una oposición entre el varón y la mujer, inspirado en la ideología de género, eje vertebral de la cultura de la muerte, sustentada por el feminismo radicalizado, como una avanzada más en el camino de la implementación del programa de descomposición social y destrucción de la familia.
8°) Que, en particular, rechazamos la intención de la convocatoria –expresada por algunos de sus organizadores– a través de la cual y, bajo el engañoso lema de luchar contra la violencia hacia la mujer, se busca consagrar la peor de las violencias que se ejercen contra ella: el ABORTO que, al tiempo que cobra las vidas de inocentes e indefensos niños (y niñas) por nacer, expone a las mujeres a innumerables secuelas físicas y psíquicas de efectos devastadores.
9°) Que, así como rechazamos cualquier tipo de violencia injusta y no queremos que se produzcan más muertes por esa causa, nos vemos en la necesidad de resaltar que el aborto, expresamente reclamado en esta convocatoria mediante el pedido de su despenalización y de su reconocimiento como un derecho de la mujer, es la más injusta y vil de las violencias, ejercida por los más fuertes sobre los más débiles entre los débiles, absolutamente inocentes y totalmente indefensos, encomendados precisamente a la custodia de quienes procuran su eliminación.
En consecuencia y por las razones expuestas:
I.- No apoyamos ni participaremos de la marcha convocada bajo el lema «Ni Una Menos».
II.- Advertimos a la población que dicha marcha está inspirada en el feminismo radical y en la ideología de género y apunta a provocar una división más en el pueblo argentino y en la célula constitutiva de su ser como nación que es la familia, fundada en la unión de un hombre y una mujer y abierta a la generación de la vida.
III.- Especialmente llamamos la atención de que la intención encubierta en la convocatoria de marras es la despenalización y legalización del aborto, práctica deleznable, groseramente violenta y abiertamente contraria a la integridad física y psíquica de las mujeres. Alertamos a las mujeres que de buena fe participan de esta marcha acerca de cuál es su velado fin.
IV.- Apoyamos y alentamos toda manifestación genuina de rechazo a la violencia y de apoyo a la vida, así como rechazamos cualquier tipo de violencia injusta y pedimos al Estado que adopte medidas urgentes tendientes a evitar los actos de violencia que se cometen en los ámbitos públicos y también para que cumpla su deber de guardián del orden evitando los hechos de violencia domésticos e intrafamiliares, en especial mediante el juzgamiento, condena y pena de cumplimiento efectivo en lugares donde se rehabilite a los delincuentes y no donde se los convierta en elementos más peligrosos.
V.- Convocamos a toda la población a pensar en la necesidad de la educación personal y comunitaria sobre el noviazgo, el matrimonio, la amistad y las relaciones humanas en general. La formación, como dice la Comisión Episcopal de Apostolado Laico y Pastoral Familiar (Celaf), es –ante todo– formación del corazón y de los afectos, y «no puede realizarse sólo en un aula, sino también en el seno de la familia y de los grupos sociales de contención».
VI.- Por lo tanto y por último, convocamos a todos los habitantes de nuestra Patria a reunirse y movilizarse en defensa de la familia rectamente fundada y orientada con lucidez y valor a la formación de hombres y mujeres virtuosos para encarar la restauración de las instituciones y costumbres que constituyen nuestro más rico acervo nacional.
República Argentina, 3 de junio de 2015.