(ACI/Álvaro de Juana) El Santo Padre denunció que el «dios-dinero destruye y provoca la cultura del descarte» con la que «se descarta a los niños, se les explota o se les mata antes de nacer».
En su discurso el Santo Padre afirmó que «cuando defendemos el derecho a la vida, lo hacemos para que la vida pueda, desde su concepción a su término natural, ser una vida digna, que no conozca las llagas del hambre y de la pobreza, de la violencia y de la persecución».
Esta cultura, dijo después improvisando nuevamente, hace también que se descarte «a los ancianos, para que no tengan un cuidado digno, no tienen las medicinas, tienen pensiones miserables», agregó.
«Que los jóvenes no tengan trabajo es el sacrificio que esta sociedad mundana y egoísta ofrece al dios dinero que está en el centro de nuestro sistema económico mundial» y que «no tiene en el centro al hombre y la mujer».
El Papa dijo luego que «ahora se descarta también a los jóvenes» y pidió pensar «en esta tierra tan generosa, piensen que el 40 por ciento o un poco más, de jóvenes de 25 años en adelante no tienen trabajo».
Hablando de la pobreza, el Papa dijo que hoy en día «en las parroquias, en las Cáritas parroquiales, vemos esto todos los días: hombres y mujeres que se acercan un poco a escondidas para tomar alimentos para comer… Un poco escondidos porque se han convertido en pobres de un mes a otro. Y tienen vergüenza. Y esto sucede, sucede, sucede… Hasta ayer vivían una vida digna».