(AVAN/InfoCatólica) En su homilía de la Missa d´Infants en honor a la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia, que presidió en la Plaza de la Virgen de Valencia, abarrotada por miles de personas, el cardenal recordó que «mirando y oyendo a Dios, tocándole con nuestras manos en su carne tangible de los pobres, enfermos, sufridos y marginados, con los que se identifica, podremos hallar la única esperanza que pueda dar plenitud de sentido a la vida».
A este respecto, apremió a «ser conscientes de que toda persona es un sagrario vivo e inviolable, un portador de Cristo, que se identifica singularmente con los pobres, los que padecen hambre o sed, los que no tienen techo bajo el que vivir, los desahuciados, los que carecen de vestido, están enfermos, son extranjeros o inmigrantes, están privados de libertad, viven en las esclavitudes antiguas o nuevas, están amenazados en sus vidas o son privados de ella vilmente con la persecución o el exilio, mueren perseguidos por su fe o en las pateras que surcan el mar buscando una situación mejor para sí mismos o sus familias…»
Carencia e indigencia de Dios
De igual modo, el cardenal advirtió en su homilía que «no podemos estar ajenos a una carencia, pobreza o desamparo fundamental en nuestro tiempo: la carencia e indigencia de Dios, el despojamiento de humanidad y de verdad que padece el hombre de hoy, la quiebra moral que denuncia ese despojamiento y desamparo, la pérdida de esperanza, que están en la base y es origen y resultado de ese olvido de Dios, el vivir en la periferia de su ausencia».
El titular de la archidiócesis de Valencia destacó que «la única medicina para el desconcierto, el desasosiego, el desánimo o el desencanto que muchas veces paraliza, hiere y llena de miseria al corazón humano, es Jesucristo» y concluyó invitando al pueblo valenciano, «en estas horas cruciales», a buscar «el aliento, la fortaleza, y el ánimo, que solo Dios, en Jesucristo, del que es inseparable su Madre, puede dar, y da, porque Él está con nosotros, en medio nuestro».
«Esta es la hora de Dios, la esperanza que no defrauda, la hora de la ternura de María, Madre de Dios y Madre nuestra, Madre y Reina de los desamparados, que son sus preferidos», destacó el Cardenal antes de finalizar la homilía proclamando en valenciano varias salves a la Virgen de los Desamparados.
Once arzobispos y obispos concelebrantes, entre ellos monseñor Escudero
Con el purpurado concelebraron once arzobispos y obispos, todos ellos valencianos: monseñor Esteban Escudero, nuevo obispo auxiliar de Valencia; el titular de la archidiócesis de Mérida-Badajoz, monseñor Santiago García Aracil; los obispos de Segorbe-Castellón, monseñor Casimiro López; Orihuela-Alicante, monseñor Jesús Murgui; Menorca, monseñor Salvador Giménez; Ibiza, monseñor Vicente Juan; Tortosa, monseñor Enrique Benavent; Lleida, monseñor Juan Piris; Mallorca, monseñor Javier Salinas; Málaga, monseñor Jesús Catalá y el obispo emérito de Mondoñedo-Ferrol, monseñor José Gea.
Precisamente, el cardenal Antonio Cañizares comenzó su homilía dirigiéndose a los fieles en valenciano, saludando a los arzobispos y obispos que concelebraban con él, entre ellos, el recientemente nombrado por el papa Francisco obispo auxiliar de Valencia, monseñor Esteban Escudero Torres, que «tan ejemplarmente sirvió once años a la diócesis de Valencia» y cuyo nombramiento hecho público el pasado jueves, en la visperas de la fiesta de la Virgen de los Desamparados, «no es una coincidencia casual», sino que «alguna cosa nos está indicando Dios con ella; en todo caso, no camina lejos la Virgen de los Desamparados de este acontecimiento tan gozoso y beneficioso para nuestra diócesis».
De igual manera, como todos los años también ha concelebrado en la misa los sacerdotes integrantes del Consejo Episcopal, el clero de la Basílica, el Cabildo de la Catedral, además de decenas de sacerdotes y religiosos de la diócesis que han administrado la Comunión a los miles de fieles.
También han participado presbíteros de fuera de Valencia invitados a la celebración, entre ellos, tres procedentes de Palencia, diócesis de la que era titular hasta ahora monseñor Escudero.
Autoridades presentes
Entre las autoridades presentes se encontraban el presidente de la Generalidad Valenciana, Alberto Fabra, acompañado de varios consejeros; el presidente de las Cortes Valencianas, Alejandro Font de Mora; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, con concejales del Ayuntamiento y el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Serafín Castellano.