(Gaudium Press/InfoCatólica) Mons. Michael F. Burbidge, Obispo de Raleigh y Presidente del Comité Episcopal sobre Clero, Vida Consagrada y Vocaciones, explicó que «cuando se preguntó sobre las influencias positivas que encontraron para discernir la vocación al sacerdocio, los ordenandos respondieron que el apoyo de su familia, su párroco y las escuelas católicas tuvieron mucha importancia».
Las estadísticas de la Conferencia de Obispos ofrecen mucha más información útil para la pastoral vocacional y hacen parte del estudio anual encargado al Centro de Investigación Aplicada a la Pastoral de la Universidad de Georgetown. Por ejemplo, aparece que la edad media de los nuevos sacerdotes es de 34 años, pero que tenían 17 años cuando se plantearon por primera vez su vocación. La gran mayoría de ellos (84%) son católicos de nacimiento, y fueron educados por padres ambos pertenecientes a la Iglesia Católica. El 37% tiene un pariente que ya es sacerdote o religioso.
Monaguillos y lectores
El 78% de los encuestados manifestó que había servido en la liturgia como monaguillo y un 51% había servido también como lector. Un 60 por ciento de los nuevos presbíteros terminó una carrera universitaria antes de ingresar al Seminario y un 61% ya había tenido experiencia laboral.
Sobre su condición de profesionales, la USCCB llamó la atención sobre las deudas educativas como una dificultad a superar para una parte considerable de los sacerdotes de 2015 (un 26% entró al Seminario con deudas pendientes, con un promedio de 22.500 dólares).
Un 25 por ciento de los nuevos sacerdotes nacieron fuera de Estados Unidos, siendo los países de origen más frecuente Colombia, México, Filipinas, Nigeria, Polonia y Vietnam. Como en estudios similares, el rezo del Santo Rosario y la Adoración Eucarística figuran como prácticas habituales de los nuevos sacerdotes antes de su ingreso al Seminario (70 por ciento de los encuestados).