(Andrea Tornielli/VI/InfoCatólica) Así pues, según lo que declaró Müller, el ex-Santo Oficio debe «estructurar teológicamente» el Pontificado de Papa Francisco. Y es probable que este sea uno de los motivos por los cuales el Prefecto intervenga tan a menudo en público, como nunca antes había sucedido.
Se podría tratar de una significativa novedad, puesto que según el artículo 48 de la Constitución apostólica sobre la Curia romana «Pastor bonus», promulgada por Juan Pablo II en 1988, «labor propia de la Congregación para la doctrina de la fe es promover y tutelar la doctrina de la fe y las costumbres en todo el orbe católico».
Mientras el Papa «por voluntad de Cristo mismo», como recordó también Francisco durante la clausura del Sínodo de 2014, es el «Pastor y Doctor supremo de todos los fieles» (canon 749). Hasta hace pocas décadas (el último que lo había hecho había sido Pablo VI) era el mismo Pontífice quien presidía en primera persona la Congregación para la Doctrina de la Fe, justamente en razón de esta tarea que sólo recae sobre el Pontífice, en virtud del primado pietrino.