La tendencia es incluir la sedación paliativa como un derecho

La delgada línea que separa la muerte digna de la eutanasia

La ley francesa aprobada esta semana otorga al paciente terminal el derecho a la sedación «profunda y continua». La palabra no aparecía en el texto, pero sobrevoló tanto antes como después del debate celebrado en la Asamblea Nacional: eutanasia. Las críticas vinieron por los dos flancos posibles.

(La Razón/J. V. Echagüe) Por un lado, asociaciones provida consideraban que se dejaba la puerta abierta a su práctica, al diferenciar entre «sedaciones buenas y malas»; por otro, las organizaciones que apoyan la «muerte digna» creían que se había dejado pasar una oportunidad para aprobar por ley la eutanasia, algo que verían con buenos ojos, según los sondeos, ocho de cada diez franceses. Así, toda iniciativa que pretende legislar en este sentido no está exenta de polémica, debido a que la redacción de los textos puede dar pie a ambigüedades y dobles lecturas. Algo que también ocurre en nuestro país.

Actualmente, Andalucía, Aragón, Navarra y Canarias cuentan con leyes aprobadas en este sentido. Mientras, País Vasco, Galicia y Baleares planean su tramitación.

El texto de Baleares ha sido analizado en profundidad por Profesionales por la Ética. Se trata de una iniciativa del PSOE respaldada por el PP que, de momento, cuenta con el visto bueno para iniciar su trámite parlamentario. En opinión de esta asociación, se han realizado mejoras en el texto. Por ejemplo, y como ocurría en el caso francés, el borrador incluía también el derecho a la sedación terminal, algo que puede suponer una «eutanasia encubierta». Finalmente, explican, la sedación sólo se aplicará en la agonía de los pacientes, «cuando la necesiten y esté indicada». Sin embargo, y como explica la doctora María Alonso, portavoz de Vida Digna de Profesionales por la Ética, el borrador incluye el «derecho al rechazo de intervenciones», sin dejar claro a qué tatamientos se refiere: ¿hablamos de cuidados ordinarios o extraordinarios? «Si este punto no se aclara, podría ser legal retirar la hidratación y nutrición del paciente, lo que supondría claramente una eutanasia», asegura Alonso. El problema, añade, es que en el texto no se diferencia entre la limitación de medidas de soporte vital –como la hidratación y nutrición–, que podrían provocar una muerte intencionada por omisión de cuidados básicos, de las medidas «desproporcionadas», que el profesional debe evitar para no incurrir en el llamado encarnizamiento terapéutico. Por ello, sí sería ético, explica la doctora, retirar el respirador a un paciente en coma que no ha respondido a un tratamiento en un tiempo que los médicos consideren adecuado. Y del mismo modo, también es «lícito» retirarle la hidratación y nutrición a un enfermo en fase de agonía –aquel que «puede fallecer en 24 o 48 horas»–.

Álvaro Gándara, presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal), afirma a este diario que este derecho al rechazo del tratamiento ya viene recogido en la Ley de Autonomía del Paciente, de 2002. «Es algo que está aprobado y no me parece ningún disparate. Se contempla y se hace: en fase de agonía, se retiran la hidratación y nutrición del paciente, informándolo a él o a los familiares. Poner una sonda gasográstica en estos casos supone un encarnizamiento», opina. De hecho, la Secpal fue consultada al respecto y terminó dando su visto bueno al texto balear después de que se retirara el «derecho a la sedación».

Y es que, en opinión de Gándara, éste constituye uno de los principales problemas de estas leyes. «El derecho a la sedación no tiene sentido. No es un derecho: es una práctica quirúrgica determinada. Si no está indicada, no se puede exigir», señala. «La sedación, como cualquier otra técnica, requiere unas dosis proporcionadas. Y si se hace mal, ya no es una sedación: es eutanasia», añade.

En este punto coinciden también Profesionales por la Ética. La tendencia actual es incluir la sedación paliativa como un derecho. Así ocurre en Andalucía, Aragón y Canarias. En la mayoría de casos, es para aquellos pacientes en fase terminal o de agonía «si el dolor es refractario al tratamiento específico». La consideración de «derecho» para la sedación puede dar pie a complicaciones. «El médico es el que mejor conoce las cartas y el que debe comunicar al paciente las opciones para que elija», explica Alonso. Y el hecho de otorgar poder al paciente por encima del profesional puede provocar que «el médico actúe inhibiéndose y abandonando al paciente». «Todos los médicos tenemos claro que no se puede llevar a cabo un encarnizamiento. No necesitamos de leyes, derechos y deberes, sino un diálogo con el paciente y fomentar una buena humanización de la medicina», añade. Así, Álvaro Gándara cree que una ley «debe recoger una buena atención paliativa y la lex artis, lo que hay que hacer en una determinada situación de acuerdo a lo que recogen la ciencia y la práctica médica habitual».

¿Y en qué lugar quedan los profesionales ante estas legislaciones? De todas las leyes, señala Alonso, la aprobada en Navarra «es la única que no coacciona a profesionales con sanciones, pues retiró la tipificación de ‘‘delito muy grave’’ por la de ‘‘obstaculización a los ciudadanos de los derechos expresados en la ley’’».

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7 comentarios

Jordi
En mi opinión, este artículo, por su interés, debería de ser comentado con más profundidad, para entender esta delgada línea roja entre hacer bien y mal:

¿Qué es sedación paliativa?
¿Qué diferencia tiene con la eutanasia activa?
¿Y con la eutanasia pasiva o limitación del esfuerzo terapéutico?
¿Y con los cuidados paliativos?
¿Y con las instrucciones anticipadas o testamento vital?
¿Y con el suicido asistido de enfermos terminales?
Hay muchas clasificaciones de muerte intencional ¿hay una terminología común?
¿Cuáles son los documentos vaticanos al respecto?
Si tengo dudas ¿mi obispado puede solucionarlas o debo de confiar en un comité de ética hospitalario formado, quizás, por promuertes?
Si los familiares deben de decidir la eutanasia ¿cómo evitar un conflicto familiar entre provida y promuerte?
Cada vez se está diluyendo la clara línea entre lo que está bien y lo que está mal en la vida terminal ¿qué criterios tiene un católico para poder decidir en conciencia?
22/03/15 8:45 PM
María Isabel(Peru)
El mismo nombre en mi opinión es mentira, ¿qué de digno tiene morir así?
22/03/15 9:08 PM
javier
Creo que el titular de esta noticia induce a confusión. No hay una delgada linea entre el bien y el mal, sino un abismo. La eutanasia equivale al suicidio y al asesinato, dos actos abominables. Muere dignamente cualquiera que muere en gracia con Dios, cuando le llega su momento, aceptándolo con esperanza en la vida eterna.
Jesucristo, luz del mundo, fue el que murió con más dignidad, la dignidad sagrada del Rey en su trono, la cruz. Y su pasión fue dolorosa, no solo por el daño físico sino por cargar con todos los pecados de la humanidad, pero eso no le quita un ápice de dignidad a su glorioso sacrificio, inmolación del cordero sin tacha.
23/03/15 8:48 AM
Horacio Castro
La delgada línea que separa la muerte digna de una caricatura la muerte cristiana.
23/03/15 1:06 PM
Jordi
«La sedación, como cualquier otra técnica, requiere unas dosis proporcionadas. Y si se hace mal, ya no es una sedación: es eutanasia», añade.

Esto es cierto del todo. La sedación puede causar una reacción alérgica que cause la parada cardiorrespiratoria del paciente.

Temas como alergia, incompatibilidad, sensibilidad a los componentes químicos de la sedación administrada pueden tener efectos secundarios y efectos cruzados con otros medicamentos con resultado de muerte, y de muerte por agonía sin paliación alguna:

- benzodiazepinas (midazolam)
- neurolépticos (levomepromazina)
- barbitúricos (fenobarbital)
- anestésicos (propofol)
- opioides

Sugerencia: hacerse una prueba de alergia y reacción ante estos medicamentos, de tal manera que cuando se ingrese en urgencias y se quiera hacer una sedación paliativa, el médico tendrá conocimiento de que es un medicamento prohibido.

Si no lo sabe el paciente, el médico no hará una prueba de alergia, lo administrará y el paciente morirá en medio de una agonía por parada progresiva cardiorrespiratoria.

Por experiencia sé que no es nada agradable.
23/03/15 2:54 PM
Horacio Castro
El artículo presenta tesis cuestionables sobre la validez de decisiones médicas sobre el mantenimiento de la vida y el tratamiento del dolor en "pacientes terminales". Es un tema muy complejo donde por una parte se puede 'acelerar' la muerte por abandono de tratamientos y por otra se pretende negar derecho a la sedación con inconsciencia. Sinceramente lo escrito por un redactor de temas generales (por ej. sexting) como J. V. Echagüe, es muy superficial.
23/03/15 5:51 PM
ostraspedrín
El tema parece muy complejo, pero la respuesta es bien sencilla.

Si la dosis sedativa que recibe el paciente terminal es justo la que necesita para no sufrir, está claro que se trata de cuidados paliativos completamente humanos y cristianos.

Si aumentamos esa dosis para acelerar la muerte, entramos de hoz y coz en la eutanasia y faltamos gravemente al quinto mandamiento:
No matarás.

Les garantizo que el personal sanitario sabe perfectamente qué dosis son sedantes y cuales son mortales.

Respecto de aguantar el dolor como Cristo en la cruz, estoy en total desacuerdo, pues el porqué profundo por el que Dios decidió morir así es Misterio de Fé. Y soportar el dolor pudiéndolo evitar además de tonto me parece de masoca y no de cristiano.

Gracias.
24/03/15 5:30 PM

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