(ACI Prensa/InfoCatólica) El acto, organizado por el círculo Arcigay local se tituló Venerdí credici y tuvo lugar el fin de semana pasado en el Cassero de Bologna. «Uno se pregunta a título de qué la institución municipal puede conceder en uso gratuito los espacios públicos a grupos que los utilizan para hacer lugar del insulto y la burla», expresó el purpurado en un comunicado publicado el 18 de marzo.
El arzobispo advirtió que este hecho que «profana el drama del Calvario» se está dando en tiempos donde los extremistas musulmanes del Estado Islámico (ISIS) destruyen cruces y todo símbolo cristiano de las iglesias que toman en Medio Oriente.
«Aflige, pero no extraña constatar con qué despliegue de fuerzas se busca hacer pasar la idea de que el cristianismo, y el catolicismo en particular, son los enemigos de la libertad, de las justas reivindicaciones, del progreso científico, de la laicidad, de la democracia», añadió el cardenal, que calificó las fotos de «imágenes de una vulgaridad abominable».
En ese sentido, denunció que toda ideología que no se considera aliada de la Iglesia, «la persigue ferozmente, ya sea matando a los cristianos, ya sea insultando lo que es más querido por ellos».
«Cuando se invoca la libertad de expresión para justifica la libertad de insulto, hay que preguntarse si está próximo el fin de la democracia», advirtió.
Otras protestas
La muestra Venerdí credici ha generado el rechazo en Bolonia. Junto al cardenal, también ha protestado el periodista Michele Facci, quien criticó el uso de dinero público para financiar la exposición blasfema.
En declaraciones difundidas por la prensa, Facci señaló que se debe preguntar a la administración «si es oportuno continuar financiando ciertas iniciativas como la del Cassero LGTB que ha inventado la reproducción fotográfica de (la revista) Charlie Hebdo».
«Nuestra Constitución garantiza el derecho a profesar libremente la propia fe y en consecuencia también el derecho a no verla denigrada. Tolerancia y la aceptación de la diversidad no significa atropellar y ofender la libertad de los demás. Menos cuando de por medio hay dinero público, de todos los contribuyentes», sentenció.