(Aica) El Santo Padre prosiguió con su catequesis sobre los abuelos indicando que «ciertamente, se trata de una etapa especial de la vida y, hasta cierto punto, novedosa, también para la espiritualidad cristiana. Pero el Señor nos llama a seguirlo en todos los momentos y circunstancias. Las personas mayores también tienen una misión y una gracia especial para llevarla a cabo».
Además, ha recordado que «el Evangelio de Lucas nos habla de los ancianos Simeón y Ana, que estaban en el Templo de Jerusalén, siempre atentos en espera de la venida del Mesías. Y, cuando lo reconocieron en el Niño Jesús, recibieron nuevas fuerzas para bendecir a Dios con un hermoso cántico de alabanza y anunciar la liberación a todo el pueblo».
Benedicto XVI, ejemplo de anciano orante
Como ejemplo puso el papa Francisco al papa emérito: «Miremos a Benedicto XVI, que eligió pasar en la oración y en la escucha de Dios la última etapa de su vida. Es muy lindo esto» y agregó: «Un gran creyente del siglo pasado, de tradición ortodoxa, Olivier Clément, decía: “Una civilización donde no se reza más, es una civilización donde la vejez no tiene ya sentido. Y esto es aterrador, nosotros necesitamos antes que nada ancianos que recen, la oración de los ancianos es algo bello”».
«Finalmente», el papa señaló que «el corazón de los abuelos, libre de resentimientos pasados y de egoísmos presentes, tiene un atractivo especial para los jóvenes, que esperan encontrar en ellos un apoyo firme en su fe y sentido para su vida».