(SIC) El cardenal, recordando el momento particularmente dramático que vive esa región, escribe:
”Actualmente son millones las personas desalojadas que huyen de Siria y de Irak, donde el rumor de las armas no calla y la vía de la concordia y del diálogo parece estar completamente perdida, mientras parece prevalecer el odio insensato de quien mata y la desesperación de quien ha perdido todo y ha sido expulsado de la tierra de sus padres. Si a los cristianos de Tierra Santa se les exhorta a resistir, cuanto sea posible, contra toda tentación de huida, por su parte a los fieles de todo el mundo se les pide que estén atentos con toda solicitud a esta circunstancia que aquéllos están viviendo. En ella se encuentran los hermanos pertenecientes a las diversas confesiones cristianas, en un Ecumenismo de la sangre que concurre al triunfo de la unidad: ”ut omnes unum sint!”. La Collecta pro Terra Sancta en este año es, más que nunca, una ocasión preciosa para hacernos peregrinos en la fe “siguiendo el ejemplo del Santo Padre, que visitó en el pasado mes de mayo esta lengua de Tierra tan querida para cristianos, hebreos y musulmanes” y para promover el diálogo a través de la concordia, la oración y el compartir entre todos los hermanos en Cristo”.
Los territorios que se benefician, bajo diversas formas y entidades, de la ayuda procedente de la colecta son: Jerusalén, Palestina e Israel; Jordania, Chipre, Siria, Líbano, Egipto, Etiopía y Eritrea, Turquía, Irán e Iraq.
En un documento preparado por la Custodia de Tierra Santa se detallan las obras realizadas gracias a la colecta de 2014. Los fondos para emergencias se distribuyeron sobre todo en Siria e Iraq. A través de la colecta se financiaron también diversos proyectos de ayuda a las empresas artesanales en Jordania; consultorios familiares, restructuración de hogares y asistencia médica en Belén; construcción de viviendas para familias pobres y parejas jóvenes que quieren permanecer en Tierra Santa, en Jerusalén. La suma de la colecta se destinó también a escuelas, universidades y obras culturales -a través de la Custodia de Tierra Santa-, como la Facultad de Ciencias Bíblicas y de Arqueología del Studium Biblicum Francescanum de Jerusalén y el Franciscan Media Center, así como a la manutención y restauración de los Santos Lugares.