(Uca News/La Vanguardia) Fue en 1982 cuando san Juan Pablo II nombró en secreto a Shi obispo de la ciudad de Yixian, en el norte de China, pero fue detenido y encarcelado en un lugar que nunca fue dado a conocer. Aunque los doce millones de católicos chinos pueden ahora practicar su religión abiertamente, la relación con el Vaticano sigue prohibida y solo la oficial Asociación Patriótica Católica China tiene potestad para nombrar obispos.
Según Uca News, tras la muerte de Shi solo queda un obispo, Mons. James Su Zhimin, en una cárcel secreta. Sin embargo, el obispo de Shangai, Thaddeus Ma Daqin, no ha sido visto en público durante años y se cree que está confinado en un seminario, al que fue llevado en el 2012 horas después de su ordenación y de que renunciara a la Asociación Patriótica Católica.
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