(José María Ballester/Alfa y Omega/InfoCatólica) El sábado pasado, víspera de los comicios griegos, el semanario francés Le Point publicaba un reportaje que daba cuenta del progresivo acercamiento táctico de Alexis Tsioras, ateo confeso, flamante primer ministro y líder de Syriza, hacia la Iglesia Ortodoxa. Por ejemplo, Tsipras visitó el Monte Athos el pasado mes de agosto, y que el Arzobispo Ieronimos, Pariarca de la Iglesis Ortodoxa Griega asistió al sepelio del padre de Tsipras. Más recientemente, Tsipras celebró la Epifanía por el arzobispo.
A raíz de su pacto de gobierno con la formación conservadora Griegos Independientes, se puede decir que la perspectiva de una legalización del «matrimonio» entre homosexuales se aleja definitivamente en Grecia; al menos mientras dure el pacto entre Tsipras y el líder de Griegos Independientes, Panos Kammenos, que aboga abiertamente por un mayor papel de la Iglesia Ortodoxa –a la que pertenece el 90% de los griegos– en el sistema educativo y en la vida familiar.