(Fides) El año pasado (19 de febrero) fue precisamente el Obispo quién organizó la marcha por la paz bajo el lema «Enterrar la violencia para vivir con dignidad», en la participó toda la ciudad de Buenaventura y que provocó la intervención de las autoridades del gobierno central para resolver las necesidades más urgentes.
Casi una año después, Mons Epalza recuerda: «Le dije al presidente de Colombia que en Buenaventura había más de un millar de personas sordomudas que necesitaban atención, entre muchos otros grupos de población. Pero me he dado cuenta de que las autoridades locales también son sordomudas», en alusión a las promesas incumplidas en materia de salud, educación y seguridad, y en particular de los jóvenes.
Las elecciones regionales en Colombia tendrán lugar el próximo mes de octubre y los candidatos ya se están moviendo para hacer promesas a la población. Pero la situación crítica del puerto de Buenaventura no ha cambiado.