(HO/InfoCatólica) En España se elimina al 85% de los bebés no nacidos a los que se les diagnostica Síndrome de Down con el aborto provocado. Detrás de estos datos está el aumento de pruebas de diagnóstico prenatal que permiten detectar alteraciones genéticas antes del nacimiento. Pero el Comité de Bioética de España sospecha que en la decisión de los padres para abortar hay cierta presión de los médicos.
En un informe elaborado sobre el consejo genético prenatal (que adjuntamos íntegro, aquí) aseguran que «muchos ginecólogos se mueven en un contexto en el que parecen inseparables y equivalentes el uso del diagnóstico prenatal con fines terapéuticos o abortivos, con una tendencia creciente hacia esta última opción».
En estos momentos, aseguran, la única salida que se da a los padres es abortar, sin que se consideren otras opciones ni se informe de posibles acciones de asistencia médica y social para la enfermedad de su hijo. Por ello, los expertos piden a los profesionales que, ante la detección durante el embarazo de una malformación o alteración genética, dejen a los padres tomar una decisión «libre e informada» y «sin ningún tipo de presiones».
El informe critica cómo el aborto está condicionado desde el momento en el que se lee el consentimiento informado oficial para someterse a una de estas pruebas, que ha preparado la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Este documento indica: «El objetivo final es conocer la integridad cromosómica de mi hijo y, de no ser así, permitirme acogerme a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo». «A la vista de estos hechos, es posible afirmar que los programas de cribado prenatal que se realizan en España van dirigidos más a la interrupción del embarazo que al tratamiento de los fetos afectados por enfermedades genéticas», señala el informe.
Entiende el Comité de Bioética que el asesoramiento a los futuros padres se realiza «no con una finalidad claramente informativa, sino en ocasiones directiva, forzado, por llevar a cabo cierto tipo de medicina defensiva». Y proponen que los padres sean informados de las posibilidades terapéuticas, paliativas, y las legales «sin presiones, ni opciones personales del asesor genético».
Este documento fue aprobado el pasado 13 de enero por el Comité. Pero su gestación es anterior a la frustrada reforma de la ley de aborto. El informe se aparcó y ahora, tras meses de debate, se ha aprobado con la unanimidad de todos sus miembros.
«Ha sido muy discutido y debatido, pero al final hemos conseguido llegar a un acuerdo en lo fundamental», reconoce el prestigioso genetista Nicolas Jouve, miembro del comité en el que participan expertos de prestigio en campos tan distintos como el académico, jurídico, médico, científico, conectados por la bioética.