(ERC/InfoCatólica) «El curso de los siglos ha estado marcado por la violencia, las guerras, el odio, la opresión. Pero Dios, que había puesto sus esperanzas en el hombre hecho a su imagen y semejanza, aguardaba pacientemente. Esperó durante tanto tiempo, que quizás en un cierto momento hubiera tenido que renunciar. En cambio, no podía renunciar, no podía negarse a sí mismo. Por eso ha seguido esperando con paciencia ante la corrupción de los hombres y de los pueblos», agregó el argentino Jorge Mario Bergoglio, de 78 años.
Esta fue la segunda Misa de Gallo del papa Francisco, quien entró la basílica de San Pedro precedido por diez niños de diversos países. Los pequeños depositaron flores ante la figura del niño Jesús. Más de 8.000 personas siguieron la misa en la basílica, que duró menos de dos horas. Unos 3.000 fieles se habían congregado en la plaza San Pedro, en el Vaticano. «La respuesta del cristiano no puede ser más que aquella que Dios da a nuestra pequeñez. La vida tiene que ser vivida con bondad, con mansedumbre», agregó.
El papa instó a los fieles a rezar para recibir «la gracia de la ternura en las circunstancias más duras de la vida.» «Concédeme la gracia de la cercanía en las necesidades de los demás, de la humildad en cualquier conflicto», dijo Francisco. «La Navidad, que celebra el nacimiento de Jesús en una gruta de Belén, nos presenta el nacimiento del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa oscuridad. La presencia del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la derrota y de la tristeza de la esclavitud, e instaura el gozo y la alegría».
Horas antes, el papa Francisco realizó una llamada telefónica a un campo de refugiados para cristianos perseguidos en Irak, según informó radio Vaticano. «Queridos hermanos, estoy muy cerca de ustedes, con todo mi corazón muy, muy cerca», dijo el sumo pontífice. En el campo de Ankawa en Erbil, en el norte de Irak, miles de personas buscaron refugio de la violencia del grupo extremista Estado Islámico (EI). «Son como Jesús en la noche de su nacimiento: para él no había sitio y tuvo que huir a Egipto para salvarse. Esta noche son como él. Yo los bendigo y estoy cerca de ustedes», fue el mensaje del papa, de 78 años, en su llamado con motivo de la Navidad. El papa Francisco transmitió también un mensaje infundiendo valor a los cristianos perseguidos en Cercano Oriente, a los que aseguró que reza por ellos cada día» y que espera poder visitarlos en persona. Recientemente se produjo un exódo masivo de cristianos de las comunidades de Irak y Siria, como resultado de avance de la milicia terrorista Estado Islámico (EI).