(InfoCatólica) El informe de la Visita Apostólica consta de una introducción y doce puntos, incluido el de la conclusión. En total se ha visitado a 341 institutos de vida consagrada a los que pertenecen cerca de 50.000 religiosas.
La madre Mary Clare Millea, ascj, como Visitadora Apostólica ha llevado a cabo un sistema de entrevista «hermana a hermana» para facilitar el diálogo, siguiendo el modelo de la visita que la Virgen María hizo a su prima Isabel.
Ancianas
Como datos empíricos, el informe señala el número de religiosas que hay en el país, ya indicado, y revela que la media de edad está en unos 70 años.
Se asegura que las religiosas tienen un gran aprecio por el carisma de sus fundadores y por la historia de sus institutos y congregaciones de vida consagrada.
Crisis vocacional
El informe indica que la vida religiosa consagrada femenina en Estados Unidos sufre una crisis vocacional, presente en la mayor parte de las congregaciones. Se da la circunstancia de que las vocaciones que surgen son de mujeres que desean recibir una mayor formación espiritual así como llevar signos visibles de su condición de religiosas, algo que no es lo habitual en el actual estilo de vida de las propias congregaciones.
El texto advierte que es necesaria la implicación de toda la Iglesia en el fomento de nuevas vocaciones a la vida consagrada, aunque reconoce que algunas congregaciones han suspendido sus esfuerzos para lograr nuevas novicias precisamente por la diferencia de edad entre la mayoría de las religiosas y las que podrían incorporarse.
Relación con los obispos
La relación entre religiosas y obispos recibe también una atención prioritaria en el informe. Se apela a la voluntad del papa Francisco de actualizar el documento Mutuae Relationes sobre dicha materia.
Aunque se admite que algunas congregaciones e institutos religiosos no han colaborado plenamente con la Visita Apostólica, lo cual es calificado como algo a lamentar, se pide a las religiosas aceptar el deseo de la Iglesia a establecer un diálogo honesto y fructífero. Además se cita un documento de la Comisión Teológica Internacional en el que se afirma que las tensiones están siempre presentes allí donde hay vida genuina y no deben interpretarse como hostilidad sino como una oportunidad para la reflexión teológica que abra nuevos caminos a la presencia de la vida de las religiosas en el seno de la Iglesia.