(Efe/InfoCatólica) Sobre las denuncias de la supuesta segunda víctima de los abusos, el juez señala que «aún no constan como indiciariamente acreditadas». Los sacerdotes imputados, por su parte, ya en libertad, tachan de «mentira» todas las acusaciones.
El auto con el que el titular del juzgado de Instrucción número 4 de Granada, Antonio Moreno, imputaba el miércoles a los cuatro detenidos, al que ha tenido acceso ABC, recoge con gran riqueza de detalles la versión del primer denunciante, que ahora tiene 24 años y que el pasado día 14 interpuso una denuncia ante la Fiscalía granadina.
En su declaración, el joven aseguró «haber sido víctima de continuados o permanentes abusos y agresiones sexuales por un grupo de sacerdotes incardinados en la Diócesis de Granada», lo que presuntamente se produjo desde 2004 a 2007, después de que el principal inculpado, el padre Román Martínez, que el lunes quedó en libertad con cargos tras abonar una fianza de 10.000 euros, «viese en mí una gran vocación para el sacerdocio». El denunciante precisó que los abusos se producían cuando dormía en la casa parroquial en la misma cama que el cura porque «me sentía presionado física y psicológicamente».
Según se desprende de su testimonio, el padre Román lideraba un grupo de diez religiosos y dos laicos que participaban de prácticas sexuales en grupo, cuyos nombres y apellidos aportaba. Las actuaciones se han saldado por ahora con cuatro arrestos.
Incongruencias en su declaración
Pero en la declaración del joven parecen detectarse algunas incongruencias. Una de ellas es que el denunciante, como se recoge en el auto, no es capaz de precisar si esta situación cesó «a finales de mayo o principios de junio de 2007 o 2008», cuando dejó el grupo.
Por otro lado, la autoridad judicial señala en su auto que «se aprecian contradicciones entre el relato y la descripción de los hechos en relación a lo actuado en el día de hoy [por el miércoles, día en que interrogó a los curas]».
El abogado del denunciante, Jorge Aguilera, reconoció el jueves que es difícil encontrar elementos de prueba de los hechos denunciados, ya que «no es lo mismo que unos hechos se hayan cometido hace dos meses que en 2008 o antes», pero aseguró que su cliente «siempre ha confiado en la acción de la Justicia».
«Inocentes siempre»
Además de la fianza, al padre Román se le ha prohibido, por un periodo inicial de seis meses, acercarse a menos de 200 metros de los denunciantes, así como comunicarse con ellos. El juez instructor advierte además en su auto que «pueden haber existido otros actos de índole sexual sobre menores pendientes de conformación probatoria indiciaria».
