(Agencias/InfoCatólica) «Es un agradecimiento del Estado español por su generosidad». Así lo explicó en rueda de prensa la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien adujo que las dos misioneras de Liberia merecen este reconocimiento por «el cuidado y atención de los enfermos de ébola y su colaboración absolutamente desinteresada» durante el tratamiento de Teresa Romero.
El Hospital Carlos III de Madrid ha elaborado un informe que ha sido «determinante» para la concesión de la nacionalidad, ya que en él se pone de manifiesto que ambas fueron fundamentales en la preparación del tratamiento a Teresa Romero y se han mostrado dispuestas a «seguir colaborando durante todo el tiempo que sea necesario en el estudio neutralizante» del virus del ébola.
La vicepresidenta del Ejecutivo destacó que para España «tener acceso a dos donantes altruistas es una oportunidad científica excepcional», por lo que manifestó el «agradecimiento del Estado español por su generosidad, vocación de servicio a la sociedad». «Nos ayudará a resolver dudas terapéuticas sobre la enfermedad del ebola, pero además es un agradecimiento del Estado español a su tarea y al de los futuros pacientes que se puedan ver beneficiados por su generosidad», dijo
Trayectora persona de las religiosas
Sáenz de Santamaría ensalzó la «trayectoria personal de las dos hermanas como misioneras de la Inmaculada Concepción al servicio de los demás y al cuidado y atención de enfermos de ébola», así como su «generoso, extraordinario y altruista comportamiento».
Paciencia Melgar Ronda, de 47 años y nacionalidad ecuatoguineana, padeció y superó la enfermedad en su país. Después, a petición de las autoridades sanitarias españolas, se trasladó a Madrid para donar plasma sanguíneo al misionero infectado por el virus y repatriado desde Sierra Leona.
Posteriormente, ha donado plasma en repetidas ocasiones y se ha ofrecido para el estudio de su evolución durante un largo periodo de tiempo. Según el Gobierno, su ayuda ha sido vital para la curación de la paciente Teresa Romero.
Por su parte, Helena S. Wolo, de 36 años y nacionalidad liberiana, también padeció y superó el virus del ébola en su país de origen. Se trasladó a España para donar plasma en repetidas ocasiones y ser objeto de estudio por los especialistas españoles. Igualmente, su colaboración también ha sido determinante en la curación de Teresa Romero.
Tras la concesión de la nacionalidad españolas, las dos monjas deben jurar o prometer fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución y a las Leyes.
En España se obtiene la nacionalidad renunciando a la del país de origen, salvo los naturales de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal.