(La Prensa/InfoCaólica) El cardenal señaló que la sociedad se indigna cuando ve la muerte, la prostitución, el maltrato a pequeños inocentes y la falsedad, pero criticó que la misma sociedad sea fácilmente tentada a proclamar la venganza individual o social, pidiendo la pena de muerte, a sabiendas que la venganza engendra más violencia.
La sociedad, dijo, debe convertirse en heraldo de la vida, de la vida humana en primer lugar, pero también de la vida en todas sus expresiónes, como es el cuidado a los animales, las plantas, el agua, el aire y todo aquello que da vida.
El prelado advirtió la complicidad que encierra seguir aplaudiendo proyectos y programas que atentan contra la vida humana, o fomentan la difusión de la violencia. «No nos asustemos de cosechar tempestades si estamos sembrando vientos», apuntó.
Por ello, llamó a los fieles y a la sociedad mexicana en general a alejar toda clase de injusticia, de violencia y odio, para que sea el amor traducido en obras lo que transforme y dignifique al ser humano.