(ACI Prensa/InfoCatólica) Las alternativas, explicó el cardenal, «consisten en crear una alianza con todos los moderados en la región con el objetivo de aislar a los extremistas. Si se forma una alianza sincera y efectiva, entonces los extremistas serían dejados aislados. Dios mediante, se verían forzados a renunciar a su proyecto nefasto de constantemente desatar el caos y la violencia».
Asimismo, ante la pregunta de si los cristianos de occidente toman suficiente atención a la situación de los cristianos en Tierra Santa, el Cardenal dijo que «no hay una respuesta general a esta pregunta. Sin embargo, la Iglesia Católica en cada país de Europa necesita ser más consciente del drama que tiene lugar en Tierra Santa y en todo Medio Oriente. Así como reflexionar sobre cómo pueden expresar su solidaridad con los fieles de esta región. Debemos hacer incluso más».
El Purpurado narró su experiencia en Tierra Santa –en estos momentos nuevamente convulsionada por el asesinato de cuatro rabinos-, y señaló que la destrucción dejada en Gaza habla también de la necesidad de reconstruir los corazones para iniciar el camino de reconciliación.
Minoría pequeña pero efectiva
Sobre la comunidad cristiana, el Purpurado dijo que quedó «impresionado» por la devoción y fe de los católicos. «Son una pequeña, pero muy efectiva minoría», afirmó. Dijo que junto con las oraciones, se está trabajando en concretos actos de solidaridad, como hospitales y escuelas. Asimismo, pidió peregrinar a Tierra Santa sin temor.
«Nuestras comunidades deben superar sus temores y visitar una vez más los lugares asociados con la vida de Jesús», señaló, como apoyo a los cristianos locales.
El también arzobispo de Génova reflexionó sobre la situación en Irak y Siria, donde los cristianos están siendo perseguidos por el Estado Islámico.
Advirtió que sería «un desastre para la humanidad y no solo para una religión», si los cristianos llegan a ser totalmente expulsados de esta región. «Todas las personas de buena voluntad deben prevenir la deliberada eliminación de la presencia cristiana en Medio Oriente», señaló.