(Agencias/InfoCatólica) El autobús estaba ocupado por alrededor de 55 vecinos de Bullas que viajaban de excursión. El vehículo pertenecía a la empresa de Calasparra José Ruiz Campos y se precipitó por un puente existente en la carretera que une la Venta del Olivo con Calasparra (RM-714), y quedó volcado sobre un lateral en un desnivel.
El delegado del Gobierno en Murcia, Joaquín Bascuñana, ha confirmado que el conductor del vehículo ha sobrevivido y se le han practicado las correspondientes pruebas de alcoholemia y drogas, que han resultado negativas.
El vehículo, que había pasado hace pocos días la ITV, según su propietario, había sido subcontratado desde Bullas por una parroquia para viajar a Madrid a participar en un acto religioso de devoción de la Madre Maravillas. Uno de los fallecidos es el sacerdote de la localidad, de 36 años.
El obispo de la diócesis de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, se desplazó a la zona, donde ha expresado su consternación.
No puedo frenar
Según informa el periódico La Verdad de Murcia, «no puedo frenar, no puedo frenar» fue el grito desesperado que el conductor compartió con los pasajeros antes de que se produjera el fatal desenlace.
Un vecino de Bullas asegura que así se lo transmitió su hija -que viajaba en el vehículo junto a su madre- con la que pudo hablar antes de que fuera traslada al hospital.
«Me dijo que unos segundos antes del accidente, el conductor se puso a gritarle a su compañero que no le respondían los frenos», ha explicado el vecino. La Guardia Civil investiga esa hipótesis para esclarecer el suceso, aunque no descarta otras causas.