(InfoCatólica) Según escribe el obispo en su carta semanal, «una parte de Cataluña mira el 9- N con esperanza, la otra con enojo, pero todos con incertidumbre. Una vez más, considero que no puedo hablar hoy de otra cosa».
Y añade:
Lo hago teniendo presente lo que recientemente publicábamos los obispos de Cataluña: « Exhortamos a los católicos y todos aquellos que quieran escucharnos, a examinar cuidadosamente, a la luz de la enseñanza social de la Iglesia, y a decidir con responsabilidad cómo cumplir, si se nos requiere, con nuestros deberes cívicos y democráticos».
Precisamente entre los deberes cívicos y democráticos está el respeto a la legislación y el régimen constitucional que se dieron todos los españoles, catalanes incluidos, en 1978.
Tras recordar la suspensión del referéndum por el Tribunal Constitucional añade que «como ya os conté, estoy convencido de que, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, Cataluña tiene derecho a la autodeterminación», ignorando el hecho de que Cataluña jamás ha sido una nación independiente y pretendiendo quitar al resto de los españoles su soberanía en relación a la unidad de España.
Ignora lo decidido por el resto de obispos catalanes
Mons. Novell asegura que «lo que pedíamos los obispos -«diálogo y entendimiento entre todas las partes interesadas a fin de lograr soluciones justas y estables, que fomenten la solidaridad y la fraternidad»- , me parece que solo es posible después de una consulta a la ciudadanía. Respeto a los que piensan que se ha de impedir, pero me temo que esta posición no aporta ninguna solución sino que agrava el problema».
Lo cierto es que, tal y como informó InfoCatólica, los obispos catalanes decidieron en su día mantener un perfil prudente, ajeno al enfrentamiento, sin apoyar ni condenar las diferentes tesis sobre el secesionismo y el posible referéndum. El obispo de Solsona ha ignorado en repetidas ocasiones dicho acuerdo para situarse al lado de los secesionistas, ignorando a los fieles católicos catalanes que creen, como dijeron los obispos españoles en un documento de la Conferencia Episcopal Española, que la unidad de España es un bien común y ponerla en peligro unilateralmente es inadmisible:
“Poner en peligro la convivencia de los españoles, negando unilateralmente la soberanía de España, sin valorar las graves consecuencias que esta negación podría acarrear no sería prudente ni moralmente aceptable. Pretender unilateralmente alterar este ordenamiento jurídico en función de una determinada voluntad de poder local o de cualquier otro tipo, es inadmisible. Es necesario respetar y tutelar el bien común de una sociedad pluricentenaria”:
(LXXIX Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, Instrucción pastoral Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias., 31. XII. 2002 91-101, número 35).