(Aleteia/InfoCatólica) «A través de esta tribulación, he puesto mi confianza en Dios y en mi equipo médico». La enfermera agradeció a todas las personas que se involucraron en su arriesgado tratamiento, así como al sobreviviente del ébola el doctor Kent Brantly, quien donó el plasma que se usó para combatir la enfermedad.
Pero su testimonio de fe no se limitó a esta mención de Dios. Pham explicó su convencimiento de la importancia de la dimensión espiritual de su curación. «Yo creo en el poder de la oración» afirmó. «Sé que muchas personas en todo el mundo han estado orando por mí. Yo me uno en oración ahora por la recuperación de otros».
La comunidad parroquial de Nuestra Señora de Fátima, a la cual pertenece Pham y su familia, organizó jornadas de oración por su recuperación y su párroco, el P. Jim Khoi estuvo atento de su evolución y en contacto con su madre, quien se trasladó a un hotel cercano al hospital durante la convalecencia de su hija.
La diócesis de Fort Worth manifestó su compromiso de oración por la enfermera y su disposición de cooperación en todo cuanto fuera necesario.