(VIS) El Santo Padre ha querido dedicar la apertura del Consistorio a Oriente Medio y, en particular, a la situación que los cristianos viven en esa región. Francisco ha agradecido la presencia de los hermanos provenientes de esa zona a los que ha dicho: «Compartimos el deseo de paz y de estabilidad en el Oriente Medio y la voluntad de fomentar la resolución de los conflictos a través del diálogo, la reconciliación y el compromiso político Al mismo tiempo, nos gustaría dar la mayor ayuda posible a las comunidades cristianas para sostener su permanencia en la región...No podemos resignarnos a pensar en Oriente Medio sin los cristianos, que desde hace dos mil años confiesan el nombre de Jesús».
El Papa ha destacado cómo los acontecimientos recientes, sobre todo en Iraq y Siria, son muy preocupantes. «Estamos asistiendo a un fenómeno de terrorismo de dimensiones hasta ahora inimaginables -ha señalado-. Muchos de nuestros hermanos están siendo perseguidos y han tenido que abandonar sus hogares de una manera brutal. Parece que se haya perdido la conciencia del valor de la vida humana, parece que la persona no cuenta y que puede ser sacrificada por otros intereses. Y esto, por desgracia, ante la indiferencia de muchos».
«Esta injusta situación requiere, además de nuestra oración constante -ha continuado-, una respuesta adecuada también por parte de la Comunidad internacional. Estoy seguro de que, con la ayuda del Señor, de la reunión de hoy nacerán valiosas reflexiones y sugerencias para poder ayudar a nuestros hermanos que sufren y para salir al encuentro del drama de la reducción de la presencia cristiana en la tierra donde nació y desde la cual se difundió el cristianismo».