(Heraldo de Aragón/InfoCatólica) Ante una basílica en la que no cabía un alfiler, Santos Abril ha mostrado su «inmenso placer y honor» al poder ser parte de una fiesta religiosa que «siempre toca fibras íntimas del corazón» y ha agradecido la invitación a monseñor Ureña.
La ceremonia ha arrancado a las 12.00 en el Altar Mayor. Como es tradición, han estado presente la mayoría de los miembros de la Corporación municipal del Ayuntamiento de Zaragoza encabezados por el alcalde, Juan Alberto Belloch. El primer edil y los concejales han accedido a la basílica tras haber realizado una ofrenda floral a la Virgen del Pilar en la plaza. Dentro, y mediada ya la ceremonia, han realizado otra ofrenda a los pies del altar.
Natural de Alfambra (Teruel), el cardenal Abril ya participó este sábado en la inauguración del año jubilar decretado por el Arzobispo Metropolitano al cumplirse 1.975 años de la venida de la Virgen en carne mortal a Zaragoza, según establece la tradición cristiana. Ha comentado que ya había sido invitado a participar en esta ceremonia en alguna que otra ocasión pero que no le había sido posible asistir.
Homilía
En su homilía, que ha durado cerca de 20 minutos, se ha acordado de la terrible persecución que sufren los cristianos en varias zonas del mundo, de la difícil situación que se vive en Oriente Próximo -«la cuna de la Iglesia, según ha valorado»- y de la necesidad, tanto de autoridades como de ciudadanos, de ser justos, evitar la corrupción y no olvidar la ética.Hay que ser conscientes, ha dicho el cardenal aragonés, de que no ser ejemplares «se paga de muy diversas formas ante la sociedad y ante Dios».
Durante la ceremonia ha estado muy presente el papa Francisco y algunos de sus gestos más representativos desde que accediera al Pontificado, como el pago de la pensión de Roma en la que se alojó durante el Cónclave que le elegió Obispo de Roma. Si todos actuáramos como Francisco, ha valorado Santos Abril, tendríamos una España mejor, un Aragón mejor y, en definitiva, un mundo mejor.
Santos Abril, además de por Monns Manuel Ureña, ha estado acompañado por el Arzobispo Emérito de Zaragoza, Mons. Elías Yanes, y por más de una veintena de sacerdotes, que han participado de una celebración emotiva que ha durado algo más de una hora. Todos los asistentes a esta santa misa pontificial han recibido la bendición apostólica con la indulgencia plenaria.
Procesión en la Plaza del Pilar
Al órgano de la basílica, que ya ha recuperado todo su esplendor tras la explosión del año pasado, ha estado el maestro San Martín y el maestro Berdejo-Martín ha sido el encargado de dirigir la música que los asistentes han podido disfrutar durante la ceremonia solemne. Han intervenido la capilla de música 'Nuestra Señora del Pilar', la escolanía de 'Infantes de Coro' y la orquesta 'Cantantibus Organis', según la información facilitada por la Archidiócesis de Zaragoza.
Tras la celebración de la Santa Misa ha tenido lugar la procesión por la plaza del Pilar con la imagen de plata de la Virgen. La procesión ha sido recibida con «vivas» a su salida a la plaza, pasadas las 13.15, en la que había congregadas miles de personas participando de una Ofrenda multitudinaria y festiva.