(Fides) El pasado 3 de octubre nueve cascos azules de las fuerzas de paz nigerianas de la Misión de las Naciones Unidas MINUSMA han perdido la vida en un ataque reivindicado por el «Mouvement pour l'unicité la jihad en Afrique et de l'Ouest» (Mujao).
Este último es uno de los grupos armados expulsados de las ciudades del norte de Malí por las tropas francesas de la operación Serval. «Estos grupos están refugiados en países vecinos, especialmente en Libia», afirma don Dembele.
«Mientras que el sur de Libia no se estabilice los países vecinos como Malí y Níger, seguirán sufriendo ataques», dice el sacerdote, añadiendo: «en Malí muchos piensan que otra de las razones del renovado dinamismo de los grupos armados en el norte del país se deriva de la reducción de los militares de Francia en la zona. La fuerza Serval fue reemplazada por la fuerza Barkhane, que está menos comprometida en el territorio que la primera. El ejército de Malí desde mayo, se limita a controlar las grandes ciudades del norte, como Tombuctú y Gao, pero ha abandonado las ciudades secundarias».
La esperanza, dice don Dembele, «está depositada en las negociaciones en curso en Argel para liberar a Malí de la crisis. Con la esperanza de que se respete el deseo que prevalece en la población sobre la preservación de la integridad territorial del país y del Estado laico»