(Portaluz/InfoCatólica) Ferrer se distancia intencionadamente de los términos homosexual y lesbiana, «porque no se trata –precisa- de otra clase de personas: son varones o mujeres que sienten atracción sexual hacia las personas de su mismo sexo».
Marcela dice que no buscó este campo de servicio profesional, sino que fueron el dolor, la necesidad de las propias personas que le pedían ayuda, quienes fueron situándola en este camino; donde también ha debido enfrentar la discriminación de quienes no aceptan existan personas que buscan restaurar la heterosexualidad que consideran extraviaron en una parte de sus historias de vida…
Para compartir su propuesta de acompañamiento, los referentes que desde la psicología orientan su labor profesional, dificultades y logros, conversó en exclusiva con Portaluz.
En la página 5 de tu libro «¿Es posible la esperanza?» a diferencia del Catecismo de la Iglesia Católica que habla directamente de la persona homosexual -reconociendo en ello su existencia-, tú desestimas ese término y prefieres hablar de personas con atracción al mismo sexo (AMS). ¿Por qué?
Cuando se habla de persona homosexual pareciera que fuera otro tipo de persona. Sin embargo, son iguales a las otras, solo que tienen atracción sexual hacia las personas de su mismo sexo. No hay otra diferencia. En el Catecismo eso se escribió hace mucho tiempo y no se profundizó en lo que implica decir a una persona que es homosexual, cuando en realidad se es varón o mujer y se siente atracción hacia las personas de un mismo sexo.
¿Qué te motivó a ser terapeuta de personas que sienten atracción sexual-afectiva por personas de su mismo sexo?
En realidad no tenía ninguna intención en preocuparme de este tema, pero por distintas circunstancias de la vida, me llegaron algunos chiquillos pidiéndome que por favor les ayudara. Frente a mi planteamiento que no sabía del tema, me insistieron tanto que me puse a investigar y a contactar gente que lo hacía.
¿La homosexualidad es una enfermedad? ¿Por qué?
La atracción homosexual no se puede considerar que sea una enfermedad. Más bien, es una especie de detención en el área psicoafectiva del desarrollo –que no se completó por diferentes factores- que va a causar esta atracción hacia las personas del mismo sexo.
¿Sería como una inmadurez?
Es una especie de inmadurez en el área psicoafectiva. Puede que la persona sea muy madura en otras áreas, pero en esta otra no maduró del todo.
¿En qué consiste la terapia que ofreces a personas con AMS?
Yo no ofrezco ninguna terapia, sino un acompañamiento a personas que no desean sentir esta atracción, que se sienten incomodas con ésta y que me piden insistentemente ayuda. Yo las acompaño en un proceso de desarrollo, de autoconocimiento y autodescubrimiento de áreas que, a lo mejor, quedaron infantilizadas o bloqueadas por traumas que han quedado en el pasado.
¿Te piden insistentemente que las puedas ayudar?
Sí, insistentemente porque si no lo piden, lo más probable es que no los voy a ayudar. Esto por dos razones: porque lo central es que la persona esté profundamente motivada a ser ayudada y debido a que es un camino largo y agotador también para mí. No es algo que yo haga porque me venga bien. Yo por mí, en el sentido de lo fácil, preferiría estar atendiendo pacientes con las típicas cosas comunes y corrientes de cualquier persona. Esto es mucho más complejo, largo y menos gratificante. Para mí es una vocación especial, un llamado particular y lo hago con mucho amor.De hecho, se crea un lazo de un afecto muy profundo y real con cada uno de los chiquillos y chiquillas que trabajo.
¿Tu «acompañamiento» se orienta solo a transformar el deseo sexual de la persona?
Lo que hace es ayudar a la persona a descubrirse y a ir desarrollando aquellos aspectos que la fueron dejando atrapada. Una de las cosas que advierto es que el hecho de hacer un camino terapéutico en psicología y psiquiatría en general -pero en esto especialmente- no es una garantía de que la persona va a llegar a obtener una atracción heterosexual y nunca más va a sentir una atracción por las personas de su mismo sexo. Este es un camino de crecimiento y maduración en el que muchas personas logran ese objetivo, pero no hay ninguna garantía. Para mí la transparencia es fundamental.
¿En qué casos se logra un avance y en cuáles no?
Eso es absolutamente impredecible porque el ser humano es muy complejo. Se puede dar que la persona que tenía «un peor pronóstico» avance mucho mejor que aquella que nunca tuvo nada. No hay predictores. Mientras más está unido a situaciones complicadas, como adicciones importantes o circunstancias de vida que son muy complejas, evidentemente va a ser más difícil que para una persona que tiene la vida más resuelta. Lo principal siempre es la motivación: querer y estar convencido de que eso es lo que uno desea. Entonces la persona se la juega hasta el final.
¿Qué tanto influye que la persona tenga fe para poder salir adelante?
Indudablemente que quienes tienen una vivencia de fe, cuentan con una ayuda extra para trabajar y para perseverar. Sin embargo, no me piden ayuda solo personas que tienen fe. Hay algunas que son agnósticas y, por lo tanto, sin una limitación moral como la que tiene un creyente, pero no quieren llevar esa vida.
Acompañamientos como el tuyo son cuestionados por el sesgo de moral religioso que se les atribuye. Incluso en meses recientes líderes de organizaciones internacionales que los apoyaban, los desestiman. ¿Desde qué argumentos conceptuales o de praxis se valida entonces tu propuesta de «acompañamiento»?
Primero que nada, respeto mucho la libertad de la persona. Cuando veo a alguien desesperado buscando ayuda y que siente que todo el mundo le ha vuelto la espalda, porque la única posibilidad que tiene es que le digan que se debe aceptar y que no puede hacer nada más, me parece que es moralmente incorrecto no apoyarlo si yo pienso y he visto que sí se le puede ayudar. Entonces, a pesar de estar un poco remando contra la corriente, uno nunca debe perder de vista la posibilidad de un cambio en la persona y no se le puede negar la esperanza en algo que uno ve que es real, que se da. Tampoco yo creo falsas esperanzas, en el sentido de decirles a las personas: «tú haces esto y vas obtener esto otro», porque no es así.
Tengo la experiencia de haber trabajado con muchísima gente y nunca he visto que alguien me haya comentado «en realidad esto me ha hecho mal, sufrí y estoy arrepentido de haber hecho este camino». Todas las personas que han sido acompañadas, que han hecho el proceso, siempre están contentas; independiente de si han avanzado mucho o poco, han visto un crecimiento.Para todas ha sido bueno, nunca algo negativo.
¿Cuánta gente has atendido en estos 10 años?
Es difícil saberlo porque antes trabajaba con gente de varios países como España, Argentina y México. En esa primera etapa fueron más de 200 personas. Actualmente me he centrado en Chile. En este momento debo estar atendiendo alrededor de 35 personas. Nunca es un trabajo masivo, es uno a uno, por lo tanto hay que darse tiempo con la persona. Además es lento -el acompañamiento dura alrededor de 5 años-, entonces no es que uno vaya rotando pacientes.
El número 2357 del Catecismo de la Iglesia Católica señala que el «origen psíquico» de la homosexualidad «permanece en gran medida inexplicado». ¿Tienes algún argumento que desde la psicología explique ese origen?
Hay teorías que tratan de explicar el origen, pero no hay a ciencia cierta un motivo que diga esta es la causa. Lo que se ha visto es que es policausal, es decir, que son muchas las causas y los factores que se tienen que reunir para que se desarrolle una atracción homosexual. En ese sentido, no contradigo lo que dice el Catecismo, pero creo que queda un poco incompleto. Indudablemente hay algo que es muy profundo y que no se puede explicar. ¿Qué es lo que define? No se sabe, pero sí se ve que en la gran mayoría de los pacientes, hay ciertos factores que siempre coinciden.
¿Cómo cuáles?
Algo que siempre tiene relación es el temperamento: es más sensible que en la mayoría de las personas. No toda la gente con ese temperamento va a desarrollar una atracción homosexual, pero sí todas las personas con atracción homosexual tienen un temperamento extraordinariamente sensible. No obstante que esto es algo lindo, un niño con estas características es más vulnerable a que los aconteceres de la vida lo pueden lastimar.
¿Ese es el factor principal?
Es una base y desde ahí va variando, según la percepción que tiene el niño de lo que le pasando en la vida, lo irá marcando de una u otra forma. A veces, por ejemplo, se ve en una misma familia que un hijo tiene una atracción homosexual, mientras que otro hijo tendrá otra dificultad en su vida. Son maneras diferentes de afrontar lo que les ha tocado vivir.
¿Se nace o se hace homosexual?
No hay absolutamente nada desde el punto de vista científico, que pueda afirmar que hay un determinante biológico para la homosexualidad. Es decir, hasta aquí no se ha podido probar que haya un determinante genético para la atracción homosexual. Si bien el temperamento tiene un componente genético, éste sería un facilitador, no un determinante.
¿Pueden los padres prevenir y cómo la homosexualidad o lesbianismo de sus hijos-as?
Se puede prevenir en teoría, pero en la práctica es sumamente complejo. Cuando hay un niño que empieza a presentar algunas conductas, muchas veces las está exteriorizando porque ya hay un cierto ambiente de algo complicado para él en la casa y para los padres es muy difícil darse cuenta. Además los papás tienen que estar muy atentos a respetar las diferencias entre los hijos, a no meterlos en moldes y a hacerlos sentir profundamente amados tal cual son. Por ejemplo, si tengo 3 hijos: dos son muy buenos para el fútbol y líderes, el tercero en cambio, es tímido, suave y tierno; éste debe sentirse tan amado y validado como sus hermanos. Sin embargo, suele ocurrir que ahí normalmente hay quiebres y ya desde los padres la mirada es: «estos 2 son tan varoniles y mira éste como salió». No tiene por qué ser más varonil un niño que es más brusco a uno que es más dulce, pero como le ponen esta etiqueta desde muy chico, el hijo también se empieza a identificar con que eso es menos masculino y menos validado.
¿Por qué se debería prevenir?
Porque indudablemente la atracción al mismo sexo, nos guste o no, no va con la naturaleza del ser humano, independiente de que en la actualidad todos quieran negar de que existe una naturaleza. Mientras más nos ceñimos para lo que estamos creados, más plenos y felices podremos ser. Alguien me podría decir: ¿quién dice que las personas con atracción homosexual no son felices? Lo dicen las estadísticas de muchos estudios que demuestran que entre éstas hay: una mayor tasa de suicidio y de consultas psiquiátricas y que, en general, las parejas duran mucho menos. No quiere decir que todas las personas con atracción homosexual sean infelices o que todos los que no tienen AMS sean felices, pero si lo vemos en proporciones sí hay una diferencia.
Es decir, los estudios lo avalan, no es ocurrencia de algunos…
Sí y hay estudios muy interesantes que se han hecho en países donde la atracción homosexual es algo totalmente asumido y aceptado. Se han hecho investigaciones en relación con la salud pública y queda muy en evidencia de que hay una diferencia muy notable ( Fergusson, D.M.; Horwood, L.J.; Beautrais, A.L. (1999): Is sexual orientation related to mental health problems and suicidality in young people? Arch. Gen. Psychiat. 56, 876- 880. // Herrell, R.; Goldberg, J.; True,W.R.; Ramakrishnan, V.; Lyons, M.; Eisen,S.; Tsuang, M.T. (1999): Sexual orientation and suicidality: a co-twin control study in adult men. Arch. Gen. Psychiatry 56, 867-874.). Los estudios siempre tienen la complejidad de que hay alguien interesado en demostrar algo, pero en éste lo que lo hace confiable es que es un resultado que se obtiene de manera paralela, ya que la investigación iba enfocada a otra cosa.
¿Qué porcentaje efectivo de las personas homosexuales que has acompañado son hoy heterosexuales?
No me manejo con esa nomenclatura, sino que más bien diría que la persona comienza a sentir una marcada atracción hacia las personas del otro sexo y deja de sentir atracción hacia las personas de su mismo sexo. Ese porcentaje no es tan alto. Por ejemplo, de un grupo de 4 chicos que atendía y que deben llevar alrededor de 5 años en que dicen que no sienten ningún tipo de atracción hacia el mismo sexo, a uno le perdí un poco la pista, pero salió diciendo que no tenía ningún problema; y 3 con los que aún mantengo contacto, están muy contentos, formaron sus familias y dicen que no sienten ninguna atracción hacia personas de su mismo sexo.
¿Qué organismo acreditado o revista científica validó tus resultados?
No necesito que nadie valide mis resultados, ya que no estoy haciendo ningún estudio. Trabajo en acompañar a las personas que me piden ayuda, pero no estoy pidiendo ningún reconocimiento de nadie más que de las personas que me están solicitando ayuda. Si ellos están bien y contentos, yo me la juego por ellos.
Desde el punto de vista científico hay estudios que son acreditados y publicados principalmente por revistas científicas norteamericanas: Archives of Sexual Behavior, Vol. 32, No. 5, October 2003, pp. 403–417 ( C ° 2003) Can Some Gay Men and Lesbians Change Their Sexual Orientation? 200 Participants Reporting a Change from Homosexual to Heterosexual Orientation. Robert L. Spitzer, M.D.
¿Tu acompañamiento es sólo para personas que viven con dificultad, dolor o desagrado una atracción por personas de su mismo sexo?
Es sólo para quienes aceptan que sienten una atracción por personas de su mismo sexo, pero no desean vivir ese tipo de vida. Aunque a veces, he acompañado en una cosa puntual a algún chico que no quiere salir de ahí, pero no es para lo que estoy trabajando.
¿Tu experiencia es que viven esto con dolor, dificultad y desagrado?
Sí. No son felices en este tipo de vida que llevan, a pesar de que el mundo lo presenta como que es súper positivo.
¿Atiendes más hombres o mujeres? ¿De qué edad?
Más hombres, entre los 18 y los 40 años aproximadamente.
¿Cuáles son las herramientas que utilizas en tu acompañamiento?
Las herramientas normales de la psicología más bien cognitivo conductual.
¿Qué beneficios o cambios efectivos asegura tu propuesta de acompañamiento a las personas homosexuales que llegan a tu consulta?
Ninguno
¿Por qué?
Porque les planteo que es un camino muy largo, que se van a cansar, que la piensen bien y que mi acompañamiento es solo una herramienta, pero que en el momento en que encuentren algo que les ayude más, no hay problema en que cambien. Lo importante no soy yo ni lo que hago, sino que ellos estén bien y cómodos con lo que necesitan.
¿Entonces por qué haces todo esto?
Porque para mí es un llamado especial. No es algo que busqué. Si me hubieran preguntado cuando estudiaba psicología a qué me quería dedicar, no se me hubiera pasado ni remotamente por la cabeza esto, pero se fueron dando las circunstancias así. Me fue llegando gente muy angustiada, desesperada y sin esperanza, pidiendo ayuda y me vi en la obligación de echar una mano. En la medida que me fui comprometiendo, me fui encariñando. Se crean lazos afectivos que son muy reales. Cada uno de los chiquillos que acompaño me interesa personalmente.
¿A pesar de las ingratitudes?
Más que ingratitud, es la dureza y la falta de tolerancia desde afuera, donde se plantea que nadie puede pensar distinto o desear para sí mismo algo mejor que lo que el mundo dicta. Eso me parece tremendamente triste, pero hacia adentro es muy gratificante porque se vive en un ambiente de un cariño muy sincero, de una profunda confianza y de una incondicionalidad muy bonita. Cuando los chiquillos vienen a plantearte las cosas que les pasan, lo que piensan, han hecho y cuando se sienten amados, respetados y no juzgados, es algo muy valioso.